Presenta Ramírez de la O presupuesto de egresos; van 6.5 billones a metas
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de agosto de 2020. — La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) informó que como producto de las acciones de inspección y vigilancia, realizadas en coordinación con la Secretaría de Marina-Armada de México, durante el mes de julio se logró la retención precautoria de 213 toneladas de producto marino y mil 831 piezas de moluscos en concha de diferentes especies.
Según detalla un comunicado, en un reporte mensual, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) detalló que los oficiales federales de pesca lograron la inmovilización de 32 vehículos, 95 artes de pesca, ocho embarcaciones menores y siete motores fuera de borda.
Estas acciones, reportó, tuvieron lugar a través de mil 096 acciones que incluyeron recorridos acuáticos y terrestres y visitas al mercado La Nueva Viga en la Ciudad de México. Comprendieron también la habilitación de 205 puntos de revisión y la realización de 993 verificaciones a vehículos y embarcaciones, de las que se formularon 155 actas de inspección.
En el reporte presentado por la Dirección de Inspección y Vigilancia de la Conapesca se da cuenta que la mayor cantidad de producto retenido tuvo lugar en la Ciudad de México, con 97 mil 055 kilogramos, principalmente de tiburón, calamar gigante, jaiba y camarón blanco; Sinaloa, 48 mil 413 kilogramos, en su mayoría de camarón café y pez dorado, y en Baja California Sur, con 39 mil 037 kilogramos, sobre todo de macarela y sardina monterrey.
De acuerdo el documento, también se retuvieron de manera precautoria mil 831 piezas, la mayoría de moluscos en concha, desglosados de la siguiente manera: mil 800 piezas de ostión, en Baja California; 25 de almeja, en Jalisco, y seis de langosta, en Yucatán.
El volumen retenido, del que los propietarios no pudieron comprobar su procedencia legal, quedó bajo el resguardo de un depositario.
La Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca refrenda el compromiso de dar certeza a los consumidores mexicanos para que los productos del mar que lleguen a su mesa sean de procedencia lícita, cumpliendo con los requerimientos que marca la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables.