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CIUDAD DE MÉXICO, 21 de septiembre de 2021.- Rosa Icela Rodríguez endurecía su semblante mientras la senadora Lilly Téllez le entregaba el clásico literario de la novela criminal: El Padrino, de Mario Puzo.
Lo mismo hizo el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, sentado en un escaño desde la Mesa Directiva vio con asombro la acción de la panista al concluir su intervención.
Minutos previos, Lilly Téllez encendió los ánimos en la tribuna del Pleno del Senado de la República con un punzante discurso lleno de cifras duras, desde la premisa de calificar como ocurrencia presentada como política de Estado en materia de seguridad, resumida en una frase tildada de simplona como perversa: “abrazos, no balazos”.
La senadora del PAN, antes de Morena, enfrentó a los funcionarios y militares del más alto rango del Gobierno federal y los acusó de defender lo indefendible.
Su más dura crítica fue contra la institución de Seguridad Pública moderna: la Guardia Nacional, de la cual cuestionó las acciones que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) ha tomado ante la información que reveló el ex embajador Christopher Landau, cuando señaló la actitud pasiva del presidente López Obrador frente al crimen organizado y los cárteles.
Entonces, “¿para qué tenemos Guardia Nacional? ¿para qué tienen armas? ¿para qué tienen uniformes, cuarteles, vehículos?”, disputó la panista.
Y vino su lacerante crítica ante una desactivación frente al crimen organizado: “la Guardia Nacional es el grupo de edecanes más caro que ha tenido este país”.
“¿No les da vergüenza, señores? No les da vergüenza, señores. Los invito a que porten ese uniforme no solo con gallardía sino con lealtad a la patria; las prendas y las estrellas no significan nada si quien las viste no tiene carácter para defender a los mexicanos”, prosiguió teniendo de frente sentados al comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio; al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo; y al subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja.
La popular frase en materia de seguridad, insignia de este gobierno: “Abrazos no balazos”, vino a encender un debate en el Pleno, cuando la senadora de Morena, Lucía Trasviña, refutaba desde su escaño.
La periodista y senadora, ahora del PAN, basó su crítica desde la declaración abierta del sometimiento de la fuerza pública a la fuerza de las mafias.
Con precisión, sostuvo que durante los últimos 2 años México se mantiene como el país con más violencia homicida a nivel mundial, de las 10 ciudades más violentas del mundo siete son mexicanas.
Para ella, con la 4T hay más muertos que antes: “van 91 mil asesinatos y contando, comparado a los tres primeros años del gobierno de Peña Nieto, la 4T lo rebasa con el doble de muertos, y comparado con los tres primeros años del gobierno de Felipe Calderón la 4T lo supera con el triple de muertos”.
Los feminicidios aumentaron, cada día matan a 10 mujeres en México en lo que va de este sexenio, han asesinado a 43 periodistas en lo que va de este sexenio, han matado a 68 activistas y defensores de derechos humanos en lo que va de este sexenio, asesinaron a 102 políticos en las pasadas campañas electorales en lo que va de este sexenio, gritaba en tribuna con los ánimos encendidos.
Así, Téllez refutó la primera intervención de la secretaria Rodríguez Velázquez: “La reunión que sostienen muy temprano todos los días el presidente y el Gabinete de Seguridad sirve para tomar café y despertar bien, pero es inútil para disminuir la violencia”.