El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Juegan a las vencidas por la reforma eléctrica, ¿quién puede más?
Todavía no hay quien levante la mano al vencedor en la virulenta discusión por la reforma eléctrica en el Congreso de la Unión. La encarnizada lucha es entre los que defienden privilegios de las empresas privadas y los que buscan recuperar la soberanía perdida de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) luego de la reforma energética peñista.
En medio del debate está la sufrida sociedad mexicana que con los bolsillos rotos tiene que pagar el recibo de la luz con la zozobra de posibles incrementos que suelen caer en cascada cada fin de año.
El debate es porque la desprestigiada reforma en vigor, que incluyó para su aprobación la reconocida entrega de cuantiosos sobornos a ilustres legisladores –entre otros el ex candidato presidencial panista, el ahora prófugo Ricardo Anaya– permitió a los “socios de un dólar” de las trasnacionales españolas como Iberdrola –léase Kimberly Clark, Bimbo, Oxxo y otras grandes– pagar menos por la luz de sus establecimientos que los obreros y pobres clasemedieros, que siempre están en crisis económica permanente.
Al comparecer ante la Cámara de Diputados, Manuel Bartlett Díaz fue severamente criticado por los legisladores de oposición por su deficiente administración al frente de la CFE y el combatido proyecto de reforma eléctrica que se plantea aprobar.
Con motivo de la glosa al tercer informe, Bartlett Díaz fue atacado por la oposición que afirma, con cierta timidez, que la reforma eléctrica plantea regresar a los combustibles fósiles y hacer de lado las energías limpias y renovables.
Los que obviamente se ponen del lado de las empresas extranjeras, legisladores panistas y de Movimiento Ciudadano, suponen que con dicha reforma se busca a afectar a las industrias del sector que generan energías limpias y, sin argumentos a la vista, previenen de supuestas expropiaciones, que de inicio fueron desmentidas ni se mencionan en el proyecto de reforma.
Los más superficiales y pintorescos, como el diputado Mauricio Prieto Gómez, del PRD, se burló de Bartlett al subir al estrado con un dinosaurio de peluche con el eslogan de CFE, tal vez en alusión al pasado priista del funcionario, pero no se vio en su extraviado gesto nada que con el tema.
“Bienvenido, director, a esta soberanía. Hoy por la mañana desperté y el dinosaurio seguía allí. Es cuanto señor presidente”. ¿Qué se puede decir al respecto? Nada, o tal vez: Es la energía, estúpido.
Con desagrado, como es su costumbre, Bartlett Díaz explicó, con peras y manzanas, que el costo de la energía es el mismo y se divide en costo fijo y costo variable, éste último que beneficia a los empresarios. Expresó que con esta reforma se plantea evitar la desgracia de pagar cada vez más caro por la luz como ocurre en España, donde la generación eléctrica está en manos de privados, que tienen la facultad de fijar al alza las tarifas.
Aclaró que la iniciativa de reforma eléctrica plantea una transición energética a nivel constitucional, que es empezar a dejar los combustibles fósiles para pasar a las energías limpias. Para ello, hizo hincapié en el fortalecimiento de la CFE para poder generar energía limpia con plantas hidroeléctricas y que se aprovechen las diferentes regiones del país para desarrollar desde el próximo año energías solar y eólica.
Con base en lo anterior, aseguró que ya se trabaja en la construcción de la planta de energía solar en Puerto Peñasco, Sonora, la cual se hará mediante una licitación internacional. Como resultado de esta inversión se espera beneficiar a más de 4 millones de personas de los estados de Sonora y Baja California.
En su turno, la titular de la Secretaría de Economía, Tatiana Clouthier, afirmó que no ha recibido “un reclamo específico ni directo” en torno a la reforma constitucional en materia eléctrica y afirmó que los inversionistas tienen puestos los ojos en nuestro país.
Al comparecer en el Senado como parte de la glosa del Tercer Informe de Gobierno, no quiso fijar una posición en torno a la reforma eléctrica, ya que dijo que no acostumbra “jugar al futuro sino al presente”, ni adivina los propósitos de los legisladores que la cuestionaban, pero les enseñó el colmillo cuando les reclamó por no aclarar sus dudas con el experto Barttlet.
La respuesta fue para la panista Xóchitl Gálvez que pretendió saber si le advirtió al mero mero de la CFE que la economía se encamina hacia la “economía verde”, en tanto que la propuesta presidencial es cancelar el autoabasto de energía limpia.
Con respecto al tema de la reforma energética, refirió que los tratados internacionales que México ha firmado con otros países incluyen acuerdos de protección a la inversión.
Dejó en claro que hay interés de varias naciones en invertir en México, no sólo por parte de Estados Unidos y Canadá, por obvias razones del tratado trilateral de comercio, el T Mec, sino de algunos de Europa, como Italia, de donde dijo haberse traído intenciones de inversión importantes.
Lo que ha explicado el presidente Andrés Manuel López Obrador en su diaria conferencia matutina es que con la iniciativa de ley eléctrica se pretende recuperar la autonomía de la CFE para que pueda subir la energía de sus plantas hidroeléctricas y termoeléctricas a la red nacional para la distribución al 54 por ciento del mercado nacional sin afán de lucro; y que las privadas lo hagan para el restante 46 por ciento en un piso parejo de competencia, para mantener los precios bajos de la electricidad.
“Entonces, si no se ordena el mercado eléctrico, va a producirse un caos, como en España, ¡y a lo mejor peor!”, advirtió.
El tabasqueño hizo notar que en España, la empresa Iberdrola domina el mercado y tiene tarifas eléctricas muy altas, pero no se evita porque el gobierno está al servicio de ésta, a la cual también ha acusado de pretender dominar el mercado mexicano.
Mientras sigue el juego de las vencidas en el Senado, las chicas del PAN y PRD temen a la soledad si en el balcón de los enamorados se declaran su amor el PRI y Morena (Primor) y la pareja feliz vota la reforma eléctrica y las deja vestidas y alborotadas, con la inútil amenaza a la cúpula priista de acabar con la alianza Va por México.