Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
LA PANDEMIA Y LA ECONOMÍA XC… El aumento desmedido en los precios de frutas, verduras y cárnicos obedecen a factores climáticos, escasez en su producción y a la inseguridad. La FAO prevé más aumentos en los precios.
El aumento desmedido en los precios de frutas, verduras y cárnicos, así como en otros productos de primera necesidad, no sólo obedecen al abandono de las actividades agropecuarias por falta de incentivos fiscales y económicos –como ocurría antes–, sino también a nuevos factores como son los embates de la delincuencia organizada en ciertas zonas productivas como Michoacán y Zacatecas, al cambio climático, al surgimiento de casos de la epidemia de Covid-19, a la reducción de las exportaciones para abastecer el mercado interno, a la baja producción en las fábricas y a los asaltos a mano armada que sufren las cadenas de distribución.
Si tomamos en cuenta que, como consecuencia de la pandemia, por casi 24 meses la mayor parte de las cadenas productivas se vieron afectadas, y los programas e incentivos gubernamentales estuvieron muy, pero muy debajo de las expectativas y necesidades, las actividades agropecuarias y agroindustriales van a tardar en recuperarse. Sin embargo, a pesar de una crisis de la cadena de suministro global, un resurgimiento de casos de covid-19 y una alta inflación, la economía nacional ha mantenido una tasa media de inflación bastante aceptable.
Y es que la pandemia ha aumentado las carencias alimenticias en todo Latinoamérica y especialmente en México, con un alto porcentaje de la población en estado de vulnerabilidad, según datos del Banco de Alimentos de México. Un total de 28.6 millones de personas sufren en México algún tipo de carencia de acceso a la alimentación, es decir, uno de cada cinco mexicanos no tienen acceso a las tres comidas diarias, explicó María Teresa García, directora de la Red de Bancos de Alimentos de México.
Para paliar las carencias, García considera imprescindible la interacción y colaboración entre organizaciones no gubernamentales, autoridades y el sector privado con la que se pretende llegar a tres mil millones de personas en 2030.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en un nivel de 6 por ciento a tasa anual durante septiembre pasado, su nivel más alto desde abril del 2021, y además superó los pronósticos de los analistas, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La inflación se habría visto presionada por el incremento en los precios en alimentos y energéticos. De acuerdo con el Inegi, dicho resultado representó una aceleración respecto a agosto cuando se ubicó en 5.59 por ciento. De esta forma, la inflación suma su séptimo mes consecutivo fuera del rango objetivo fijado por el Banco de México (3 por ciento, +/- un punto porcentual).
El índice de precios subyacente, que es aquel que excluye de su contabilidad los productos de alta volatilidad de precios, tuvo una variación de 4.92 por ciento anual, la más alta desde agosto de 2017, cuando registró 5 por ciento. En su interior, los precios de los servicios se ubicaron en 3.43 por ciento a tasa anual, prácticamente igual que el mes anterior, cuando se posicionó 4.43 por ciento. El alza en los precios de las mercancías fue de 6.26 por ciento a tasa anual, alcanzando su mayor variación desde agosto del 2017, en dicha ocasión fue de 6.51 por ciento.
La balanza no subyacente, que contabiliza los productos que presentan una alta volatilidad en sus precios, como los productos agrícolas o los combustibles, tuvo un incremento y se posicionó en 9.37 por ciento, una aceleración respecto a agosto. De manera desagregada, los precios de los productos agropecuarios se ubicaron en 10.41 por ciento, mientras que los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno presentaron un alza de 8.55 por ciento, esto respecto al mismo periodo del año pasado. A tasa mensual, la inflación presentó una variación de 0.62 por ciento durante dicho periodo, de acuerdo con datos del Inegi.
Según la Organización de las Naciones para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los precios mundiales de los productos alimenticios aumentaron en septiembre, debido a la escasez de la oferta y la fuerte demanda de productos básicos como el trigo y el aceite de palma,
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en un promedio de 130 puntos en septiembre, lo que representa un aumento del 1.2 por ciento respecto de agosto y del 32.8 por ciento respecto del valor registrado en septiembre de 2020. El índice refleja la variación mensual de los precios internacionales de los productos alimenticios más comercializados.
En septiembre, el índice de precios de los cereales de la FAO aumentó un 2 por ciento con respecto al mes anterior; concretamente, los precios mundiales del trigo aumentaron casi un 4 por ciento y llegaron a ser un 41 por ciento más elevados que el año anterior, debido a la reducción de las disponibilidades exportables en una situación de fuerte demanda.
Los precios mundiales del arroz también aumentaron en septiembre, mientras que los del maíz experimentaron un crecimiento moderado del 0.3 por ciento, lo que representa un incremento promedio interanual del 38 por ciento, ya que las perspectivas mundiales sobre las cosechas mejoraron y el inicio de la cosecha en los Estados Unidos y Ucrania contrarrestó buena parte de las consecuencias de las alteraciones portuarias relacionadas con el huracán en los Estados Unidos de América.
“Entre los principales cereales, el trigo será el centro de atención en las próximas semanas, ya que se deberá evaluar la demanda en relación con el rápido aumento de los precios”, afirma el economista superior de la FAO, Sr. Abdolreza Abbassian.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en el 1.7 por ciento durante el mes, aproximadamente un 60 por ciento más que en septiembre de 2020, ya que los precios internacionales del aceite de palma alcanzaron el nivel más alto de los últimos 10 años debido a la fuerte demanda mundial de importaciones y a la preocupación por la escasez de mano de obra migrante que afectaba a la producción en Malasia.
El pronóstico sobre la producción mundial de cereales secundarios se sitúa actualmente en mil 504 millones de toneladas; en este sentido, se prevé que la cosecha mundial de sorgo y cebada aumentará más rápidamente que la del maíz.
Según las previsiones, la producción mundial de arroz será de 50 millones de toneladas, lo que representa un nuevo máximo y refleja unas expectativas más optimistas sobre el principal cultivo de la India y China.
Al mismo tiempo, la utilización mundial de cereales en la campaña de 2011/22 se prevé ahora de 2 mil 811 millones de toneladas, un 1.8 por ciento más que en la campaña anterior, debido al considerable incremento previsto de la utilización del trigo como pienso, una tendencia impulsada en parte por los elevados precios de los cereales secundarios.
En consecuencia, se prevé que la relación entre las existencias y la utilización de cereales a escala mundial en la campaña de 2021/22 se situará en el 28.4, algo menos que el 29.2 por ciento del año anterior, pero que sigue indicando un nivel general cómodo.
Por otra parte, frente al número 328 de las calles de Hamburgo, colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, una “vecina” ya construyó en el arroyo de vehículos y destruyó la jardinera, su propio “gallinero”. Los vecinos preguntan ¿cuánto les dio a los inspectores de la propia alcaldía? Porque eso es absolutamente ilegal y fuera de toda norma sobre el uso del suelo. En fin, Dijeron que eran diferentes.