Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
La política exterior del lopezobradorismo es otro rubro en que desarrolló su capacidad de no hacer y, la coyuntura más reciente sobre las invitaciones a Putin y Maduro a la toma de posesión de la próxima administración pública federal (más allá del protocolo) expresa su interés de principio a fin de mantener alianzas con administraciones que ejercen la izquierda con perspectiva de dictadura.
A la coyuntura crítica en Venezuela (por ejemplo), México responde con un respaldo cauteloso a Nicolás Maduro que no exhibe la evidencia de su improbable victoria declarada por el Consejo Nacional Electoral de su país y, en líneas generales es el tono en que se ha desempeñado el grupo de mandatarios de Brasil, Colombia y, nuestro país.
Lo que sí ha respondido Maduro es con represión a su sociedad con más de 20 muertos desde el fin de la jornada electoral de julio 28 y, más de 2000 detenidos a quienes coloca en la categoría de terroristas y, anuncia la puesta en práctica de campos de concentración para su reeducación.
Al mismo tiempo, éste domingo de agosto 11, el diario The Wall Street Journal revela que la administración Biden negocia con Nicolás Maduro su salida del poder con todas las garantías y salvoconductos para él y su grupo, y el límite es antes del fin de la gestión del presidente Biden que, además daría un golpe espectacular con oxígeno fundamental para su candidata presidencial, Kámala Harris.
En otras palabras, cierra el lopezobradorismo su política exterior cuya base ha sido su alianza con los personajes más impresentables alrededor del mundo.
Imaginemos la robusta historia, economía, sociedad y política de México cuyo presidente auxilia a Nicolás Maduro combatiendo la injerencia global a su país rompiendo lazos con WhatsApp, por ejemplo.
Sin olvidar que el presidente mexicano no felicitó la victoria del presidente Biden al ganar las elecciones y, acceder a la Casa Blanca y tampoco se pronunció en contra de la invasión rusa a Ucrania (si bien si lo hizo su representante en la ONU) y, ahora, en la coyuntura crítica venezolana, asume neutralidad en su retórica para auxiliar los tiempos y movimientos de Nicolás Maduro.
A favor de la izquierda en la región, destaca la postura del presidente chileno en defensa de la legalidad y la democracia en Venezuela, la misma narrativa que declaró hace pocos días el congreso colombiano.
Del Tintero.
En la perspectiva de Galeano, no es oportuna una respuesta, pero si una pregunta:
Qué política exterior aplicará la administración de Claudia Sheinbaum?
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