De norte a sur
Conservar la energía es un deseo generalizado. Al parecer durante la primavera existen más personas agotadas respecto a las otras estaciones del año. Aunque existen muchas teorías al respecto, y prevalece el factor climático, existen seis maneras para mantener invariable nuestro ritmo de producción en el trabajo. Estas son las sugerencias:
1. Dormir al menos ocho horas. Es un mito que “una hora menos de sueño nos hace más productivos”. Cada minuto que nos privamos de dormir disminuye la capacidad de enfocar, analizar, pensar y ser creativo. El 95% de las personas requiere de 7 a 8 horas de sueño para que su cerebro funcione en forma óptima. Es conveniente establecer una hora fija para acostarse y bajar el ritmo de la actividad de 30 a 45 minutos antes. Es recomendable tomar unos minutos antes de dormir para recopilar y anotar todo lo que tiene en mente, incluso lo que resulta preocupante.
2. Tomar un descanso cada 90 minutos. Es necesario calmar intermitentemente nuestra fisiología, es decir, bajar la frecuencia cardíaca, presión arterial, tensión muscular. Esto se puede lograr con ejercicios de respiración. Lo importante no es cuánto tiempo se trabaja, sino la energía con la que se cuenta mientras lo hace.
3. Tener listado de todo. Mientras se descarga con mayor frecuencia lo que tiene en mente, se desperdicia menos energía al pensar en tareas inconclusas.
4. Hacer ejercicios o tomar una siesta. No hay nada mejor para aclarar la mente y bajar la ansiedad que elevar intencionalmente el ritmo cardíaco en forma aeróbica o anaeróbica. Si no se tiene tiempo, hacerlo a la hora del almuerzo, o al menos caminar de 15 a 30 minutos. Alternativamente, tomar una siesta de 20 a 30 minutos entre las 13 y 16 horas.
5. Apreciar a los demás. Las emociones negativas desgastan. Buscar oportunidades de apreciar a alguien y compartir sus sentimientos. Esa persona generará un impulso de energía positiva. Es conveniente saborear las pequeñas victorias, perdonarse y otorgarse el crédito que se merece.
6. Desarrollar un ritual de transición entre trabajo y hogar. Buscar una forma de desvincularse. Una forma común de hacerlo es detenerse en el camino en un sitio público, como un parque, y olvidar el trabajo para enfocarse en la tarde que le queda por delante. Convertir el hogar en un sitio donde realmente se puedan renovar energías.