Fortaleza digital con el aguinaldo
Dinero maldito que nada vale…
· Insuficientes, los ingresos fiscales
· Hacienda tendrá que endeudarse
No obstante la tan cacareada reforma hacendaria y fiscal, el incremento de impuestos, la subida del IVA en los estados fronterizos, que está causando profunda crisis existencial entre muchos contribuyentes, sobre todo pequeños y micro empresarios, la Secretaría de Hacienda enfrentará grandes dificultades para financiar el presupuesto de gasto público, aprobado por el Congreso, y se verá en la necesidad de recurrir al endeudamiento, de ahora hasta el final del sexenio de don Enrique Peña Nieto.
No es extraño que a los presupuestadores gubernamentales les falle el chip, y más a los diputados, que de finanzas entienden lo que este escribidor de preparar tamales chiapanecos. El asunto es preocupante, y debería de serlo para los muchachos de don Luis Videgaray, que de ciencia económica, igual, saben lo que la señora Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, sabe de las inculpaciones por actos de corrupción en su país.
Por el momento, me dirán, no son preocupantes los saldos de la deuda interna gubernamental (la deuda interna es la que Hacienda contrata con personas físicas y empresas mexicanas, dentro del territorio nacional, a través de papeles). Hacienda puede asumir esos compromisos. Sin embargo, la cartera de pasivos se va abultando y llegará el momento en que, ni imprimiendo más billetes, se podrá hacer frente a esos compromisos y los afectados serán millones de personas que no podrán recibir sus ganancias y mucho menos sus capitales invertidos.
Este abarrote del endeudamiento es una de las situaciones riesgosas en que cualquier gobierno, con más gastos que ingresos, tiene que enfrentar. (Afortunadamente, por el momento, el endeudamiento externo, los pasivos con los bancos privados del exterior, no representa gran problema, porque los saldos de la deuda se van reestructurando en la medida que van venciendo.) Pero con los ahorradores nacionales, que financian al gobierno invirtiendo en Certificados de la Tesorería, en Bonos de Desarrollo, en PC FARAC, Bonos IPAB, UDIBONOS, Bonos de Regulación Monetaria, Bonos M, entre otros, el asunto es más complejo porque tiene una carga social importante.
Este miércoles, voceros del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria aseguraron que los ingresos presupuestarios, que pretende captar el gobierno federal serán insuficientes para cubrir las intenciones de gasto público, situación que generará muchas presiones fiscales en lo que resta del sexenio.
El director general del CIEP, Héctor Villarreal, dijo que esto condicionará a que el próximo gobierno federal, el que arree detrás de Peña Nieto, tenga como primer gran cambio estructural que hacer – va de nuez – una nueva reforma hacendaria para robustecer los ingresos presupuestarios y poder hacerle frente al presupuesto de egresos.
«Tenemos un gobierno que quiere, pero no puede. Tenemos una administración con poco dinero para gastar y por eso no vemos cambios presupuestarios. Vemos muchas presiones fiscales», detalló el experto. Ante la falta de recursos, explicó que el gobierno federal pretende resarcir esos recursos a través de más deuda. «Y aunque por el momento el nivel de deuda no es preocupante, sí se observa una tendencia peligrosa de que no se va reducir.
Durante los primeros cuatro meses del año, la deuda interna neta del gobierno federal se ubicó en 3.93 billones de pesos, un incremento anual de 8.6% en términos reales, cifra que supera el crecimiento de 1.3% del PIB para el primer trimestre del año, de acuerdo con la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). El avance de la deuda en términos absolutos fue de 432 mil 417 millones de pesos (mdp) respecto al observado en el mismo mes de 2013; además, la tasa de crecimiento fue mayor al 5% real registrado en abril del año pasado.
A partir del estallido de la crisis financiera global, el país recurrió de manera más acelerada al endeudamiento para financiar proyectos de inversión y generar mayor crecimiento; sin embargo en los últimos 6 años el aumento promedio del país es de 1.8%, y para la contratación de deuda es de 10.3%.
Lo más grave es que, como lo afirma Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analitics, el mayor endeudamiento no ha visto resultado efectivo en términos de más crecimiento de la economía. La tendencia a mayor emisión de valores fue para aprovechar las bajas tasas de interés en el mercado y generar un ahorro financiero dentro de las finanzas públicas. O sea para captar los recursos que Hacienda no puede captar a través de los impuestos.
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