Cielo nublado con clima fresco en CDMX
MÉXICO, DF., 19 de diciembre de 2015.- Mientras recorre la nueva rampa de descenso en el puente vehicular de Molinos, que destrabará el tráfico en Avenida Revolución, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera le dice al secretario de Obras capitalino, Edgar Tungüí: “Quedó bueno”.
–Nada más chequen esto, le puntualiza al secretario, mientras pisa donde están las uniones, visibles, de color negro que desentonan con el flamante pavimento nuevo.
Mientras el mandatario capitalino camina algunos vecinos lo felicitan por la obra.
El propio Mancera se ve satisfecho y no se amilana por el frío que se siente pasadas las 22:00 horas, cuando inaugura la rampa que servirá para que los automovilistas que utilicen el puente existente puedan descender sobre Avenida Revolución en dirección al sur y librar los cruces semaforizados de avenida Molinos, el Eje 7 sur y la calle La Castañeda.
De acuerdo con la Secretaría de Obras, la rampa mide 472 metros de longitud y tiene dos carriles que permitirán el paso continuo de 400 mil vehículos sobre avenida Revolución. Permitirá reducir el tiempo de paso hasta en 30 minutos al evitar un paso conflictivo donde conviven microbuses y camiones y hay tráfico continuo por la presencia de un mercado.
Realizada en un tiempo de cinco meses, Mancera sabe que cualquier obra genera molestias, por lo que reconoce a los vecinos por su paciencia.
“Les agradecemos a los vecinos, a las vecinas de la zona, también agradecemos por supuesto su apoyo porque como saben todos estos proyectos siempre tienen algún punto en donde se generan molestias, nosotros hoy reconocemos el apoyo de toda la comunidad, de toda la vecindad de esta zona”.
Menciona el deprimido de Mixcoac que aún falta por concluir y calcula que estará para el 2017.
“Nos faltaría, como ya estaba señalando el secretario, concluir el deprimido, se está trabajando en la parte de Tlalpan y estaremos trabajando próximamente ya en la parte subterránea y calculamos estar concluyendo esto en 2017 más o menos, ¿no secretario?”, mientras Tungüí asiente.
Apenas se retiraron a las bocinas y se bajaron los vecinos, la rampa estaba lista para ser usada.