Hablamos de migración, no de aranceles: Sheinbaum sobre llamada con Trump
MÉXICO, DF., 19 de diciembre de 2014.- Las microfinancieras en México actúan bajo la premisa de hacer el bien común y servir a proyectos emprendedores; sin embargo, detrás de ellas los inversionistas logran grandes ganancias y son las mujeres quienes proporcionan las tasas de rentabilidad más altas, señaló Alicia Girón González, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
“Al hacer el corte por género, resulta que gran parte de estos microcréditos son para ellas. Somos muy buenas pagadoras”.
La también coordinadora del Seminario Universitario de Estudios Asiáticos (SUEA) y directora de la revista Problemas del Desarrollo, Revista Latinoamericana de Economía, explicó que el microcrédito es una modalidad financiera de montos pequeños que se conceden a plazos cortos (generalmente un año).
Están dirigidos a la población que vive bajo condiciones de alta y muy alta marginalidad. Su propósito es la creación de microempresas o micronegocios para generar una fuente regular de ingresos mediante el autoempleo.
Poner sobre la mesa del debate la rentabilidad de los microcréditos con enfoque de género plantea no sólo un beneficio financiero, sino que coloca a la mujer como agente económico rentable al servicio de las microfinancieras, que entre los años 2000 y 2010 destinaron 82 por ciento de sus préstamos a ese sector, equivalentes a dos mil millones de dólares.
Los microcréditos con rostro femenino constituyen una de las metamorfosis más importantes a partir de las reformas estructurales en los circuitos financieros y del mercado laboral, porque no sólo promueven el empoderamiento, sino que sustituyen el ahorro familiar, usualmente llevado a cabo a través de cajas de ahorro, tandas y pollas, indicó Alicia Girón.
Sin embargo, agregó, éstas no han sido necesariamente el vehículo para optimizar las relaciones de equidad, pues no satisfacen las necesidades del desarrollo, como son una mejoría en las vías de comunicación, acceso al agua, vivienda, salud y educación.
Las naciones que desdibujaron su banca de desarrollo y tuvieron una extranjerización de sus empresas financieras dejaron la arena del financiamiento a las empresas microfinancieras, que se han distinguido por su oferta de créditos en el ámbito rural.
Además, se han fortalecido en el transcurso de las últimas décadas. Muchas de ellas se han convertido en bancos exitosos con el tiempo. La orientación de la actividad de estas microfinancieras se encamina principalmente a mujeres cuyo colateral, en muchas ocasiones, es la red social de la comunidad, lo que permite el otorgamiento del crédito, concluyó.