Mujeres mexicanas memorables (6)
A sangre y palos, la disputa por la megalópolis
Con inaudita barbarie continúan en nuestra gran ciudad capital las campañas políticas en pos de las 16 delegaciones y 66 diputaciones locales, sin que el árbitro de la contienda —y quien se comprometió a poner piso parejo— haga algo para contener la violencia. Por el contrario las agresiones crecen día a día.
A las prácticas conocidas de compra de votos, dotación de despensas y tarjetas, bailes y festividades, mítines y acarreados, promesas y discursos, se suman ahora el esparcimiento de malévolos rumores y los enfrentamientos a golpes, palos y tubos. Todo sea por un hueso y los cuantiosos recursos económicos en juego, no por el bien común de la ciudadanía.
El patético y vergonzoso espectáculo escenificado el pasado 7 de mayo en Cuajimalpa, en el que se enfrentaron simpatizantes del PRD y del PRI-Verde, con un saldo de 25 heridos, deja claro el nivel de la contienda y las ansias de poder. Frente a todo ello el GDF y su cabeza, Miguel Ángel Mancera, ha resultado sólo una figura decorativa pues sus llamados a contiendas pacíficas y civilizadas han sido totalmente desoídos.
Nada puede o quiere hacer el jefe de gobierno.
Hasta ahora de parte de los diversos partidos políticos –de por sí desprestigiados ante la ciudadanía—ha habido pocas o casi nulas propuestas. En cambio han aumentado los descalificativos, las acusaciones, las amenazas, los acosos y los enfrentamientos entre ellos. ¡Vaya con la oferta política para el capitalino!
¿Y en verdad con ese pobre nivel nos quieren gobernar a quienes estamos ya hartos de malos gobiernos? ¿En verdad así quieren nuestro voto y que los llevemos al poder para seguir mostrando sus mezquindades? ¿En verdad así quieren administrar los recursos públicos a sabiendas de que harán mal uso de ellos?
Un repaso rápido a su lamentable actuación mostrada en los últimos días podría ponerlos en su lugar. Bastaría con recordar los penosos hechos del 7 de mayo, cuando el PRI y el Partido Verde anunciaron analizar la suspensión de su campaña electoral o bien ajustar sus estrategias en la capital del país, por “no existir ni las garantías, ni las condiciones de competencia electoral equitativas”.
Ese día las dirigencias locales de ambos partidos denunciaron una escalada de hechos de violencia en contra de sus candidatos, misma que ha venido subiendo de intensidad, pues de la “vandalización y destrucción de propaganda se ha llegado a las agresiones físicas”, denunciaron los priístas.
Y es que horas antes simpatizantes del PRI-Verde y el PRD protagonizaron una zacapela en Cuajimalpa en la que resultaron heridos 19 perredistas y seis priístas, entre otros el candidato del tricolor a una diputación local Adrián Ruvalcaba. Los amarillos acusaron, a su vez, que una brigada suya fue emboscada por un grupo de golpeadores conocidos como Los Claudios. Ante el hecho, Mancera se comprometió a dar con los culpables y castigarlos. Han pasado más de cinco días y no hay un solo detenido, ni siquiera una sanción de parte del Instituto Electoral del DF.
Pero no son sólo los priístas-verdes (en los ex tricolores, ahora predomina el verde) quienes se quejan de la violencia de los amarillos (perredistas que ahora portan el rosa mexicano), también los azules del PAN, Morena, Movimiento Ciudadano y Partido Humanista han señalado ser agredidos por los del Sol Azteca, quienes se han dado vuelo con prácticas violentas y entrega de despensas.
Mancera, quien se comprometió a poner un piso parejo a todos los contendientes, ahora se lava las manos y dice que le corresponde al IEDF tomar las acciones en contra de las delegaciones que se resisten a suspender la entrega de programas sociales.
Pese a las exigencias de priístas y morenistas de que cese la violencia en el proceso de campañas, Mancera la niega y dice que no hay tal. Asegura, aunque difícil de creer ante las evidencias, que la Ciudad de México no va a permitir que haya una situación que desborde en violencia, ni que existan autodefensas, ni ninguna de esas situaciones. Atribuyó a los mismos partidos políticos no haber operado a la convocatoria a un pacto de civilidad y reconoció que la efervescencia política por venir es muy intensa.
O sea que aún falta violencia por vivir…
En respuesta a lo sostenido por el jefe de gobierno, dirigentes de diversos partidos en contienda consideraron que la llamada Base Electoral, instrumentada por el Gobierno del DF “no ha dado resultados ante los actos violentos de las campañas”. Para Morena “no sirve para nada, en casos de agresión nunca hemos sido auxiliados”; para los azules panistas del DF la tal Base ni siquiera saben qué es, ni para qué sirve. Y los priístas acusan: “Lo que sí sabemos es que el Gobierno del PRD usa los recursos públicos para operar”.
O sea nadie hace caso a nadie y la voz de Mancera tiene un dejo a demagogia.
Seguramente el jefe de gobierno que desconoce todo, también desconocerá que con base a investigaciones periodísticas (La Jornada 10.05.2015) se sabe existen en al menos 8 de las 16 delegaciones en las que se divide el Distrito Federal, líderes políticos y autoridades delegacionales que tienen a sus propios grupos de choque, integrados por jóvenes involucrados en la venta de drogas, franeleros y vendedores ambulantes –o sea los más manipulables y desesperados—que en algunos casos los encabezan por funcionarios públicos de las demarcaciones, mismos que han generado la violencia al ver en riesgo sus territorios.