
Malinche y el mestizaje: nuevo enfoque desde el Año de la Mujer Indígena
PARK CITY, Utah., 25 de enero de 2016.- “Me partió el corazón la tragedia que tantas personas viven a diario… el sufrimiento de tanta gente todos los días… el sufrimiento bajo el terror de los cárteles… el sufrimiento bajo un gobierno tan corrupto como ineficaz me motivó, me llevó a hacer esta película”, revela Matthew Heineman, director del documental Tierra de Cárteles, nominado al Óscar.
En entrevista exclusiva para Quadratín México, durante el Festival de Cine Sundance que se lleva a cabo del 21 al 31 de enero, Heneiman, de 32 años y residente de Nueva York, habla apresurado y claro.
Sus ojos grandes y azules, van de un lugar a otro, nerviosos, alrededor del sótano de New Frontier, donde Heineman habló en un panel junto con el director irlandés Kevin MacDonald, cuya película El Último Rey de Escocia ganó el Óscar como Mejor Película en 2006.
Alrededor todo es movimiento, ruido y prisa en vistas al siguiente panel. Cámaras de todo tipo y micrófonos. Gente yendo y viniendo.
Heineman asegura que la finalidad de su documental es ofrecer una ventana hacia un mundo al que la gente no siempre o no necesariamente tiene la oportunidad de ver. Y espera haberlo logrado.
“Nunca se puede decir que una película va a cambiar los problemas señalados de México, pero ojalá que Tierra de Cárteles proporcione como mínimo una ventana a ese mundo y abra el diálogo”, dice y denuncia:
“En Estados Unidos estamos obsesionados con ISIS (siglas en inglés del Estado Islámico de Irak y Siria). Obsesionados con todos estos conflictos alrededor del mundo, pero este conflicto existe justo en nuestra frontera y somos responsables”.
Con palabras rápidas, certeras y casi atropelladas, apurando la entrevista y tratando de hacerse escuchar a través de las pruebas de sonido para el siguiente panel, Heineman reconoce:
“Estamos financiando esta Guerra mediante el consumo de drogas en los Estados Unidos, y toda la violencia que viene con los cientos de miles de personas asesinadas, y con los más de 25,000 personas desaparecidas desde 2007. Esto es algo con lo que estamos conectados como americanos. Somos responsables como americanos. Creo que esta película lo demuestra y lo destaca, además de señalar que esto está pasando en un país con el que compartimos tanta historia, con el que compartimos la frontera”.
LA ENTREVISTA CHAPO/PENN, UNA FARSA
Acerca del escándalo sobre Joaquín El Chapo Guzmán, comenta que se ha escrito y visto en televisión “cuarenta veces al día” y que no es importante para él. Su visión es diferente:
“Pienso que la noticia de primera plana de Sean Penn/Chapo es en realidad una farsa. Pienso que están enfocando toda la atención, todos estos encabezados, todas estas noticias, en el tema equivocado”.
Y sugiere:
“Realmente desearía que toda esa energía se centrara en las personas que sufren en México, en todos los cientos de miles que han sido asesinados”.
También condena:
El Chapo no es un héroe. No hay nada heroico en lo que hace o ha hecho. Él ha arruinado la vida de muchas personas. Ojalá la gente se enfocase en eso y no en que un actor famoso que va a visitarlo o que está obsesionado con su escape de la prisión. “El Chapo no es un Robin Hood, sólo deseo que la gente que cuenta la historia lo hiciera de manera diferente.”
El cineasta dice no haber tenido ningún problema de censura, y que tuvo suerte al haber podido estrenar su película con gran rapidez.
Y es que a diferencia del documental Narco Cultura, dirigido por el cineasta israelita Shaul Schwarz, y estrenado en 2013 también en Sundance, el de Heineman se estrenó el mismo día en México y Estados Unidos. Narco Cultura tardó casi un año para ser distribuido, y se exhibió en pocos cines.
“Luchamos muy duro para asegurarnos de que la película se exhibiera en México. Quizás me importaba más el lanzamiento en México que en los Estados Unidos”, asegura el rubio director de cine.
Su voz denota emoción cuando asegura que para él fue “muy, muy importante” el estreno de Tierra de Cárteles en México.
Sus ojos brillan cuando añade, “Tenía muchas ganas de que la gente en México viera esta película. Me enamoré de la gente en Michoacán… me enamoré del lugar… la gente era increíble… la cultura, el paisaje, todo. Tantas cosas de las que me enamoré”.
Al decir de Heneiman, desde que la cinta se estrenó en este mismo festival el año pasado, ver la reacción de la audiencia en México y en los Estados Unidos ha sido una jornada extraordinaria.
“Ha sido increíble ver las conversaciones iniciadas por la película, ha abierto muchas discusiones y provocado controversias en la prensa”, señala.
Acerca de la nominación al Óscar como Mejor Documental, Heineman se siente “muy afortunado”.
“Realmente espero que esa nominación pueda ayudar más adelante a prestar atención a este problema y que la película le dé mayor visibilidad”, externa.
El cineasta también reconoce que la carencia de diversidad en la selección de los candidatos al Óscar es un problema, sobre todo en los últimos dos años en las categorías principales, como son Mejor Actor y Mejor Actriz, y espera que este asunto sea solucionado.
Cuando preguntamos sobre la nueva ola de directores mexicanos, su voz tiembla y su mirada es juguetona.
“¡Es formidable, me encanta! Alejandro (González Iñárritu) es un genio, y también otros directores procedentes de México son increíbles. Birdman y Gravity son algunas de mis películas favoritas de todos los tiempos. Han sido muy inspiradoras para mí”, concluye.
Se cierra su chamarra negra de plumas de ganso, alistándose a salir a la temperatura helada, y a navegar entre los pequeños ríos de cineastas y fanáticos de la pantalla grande que inundan las calles de Park City, una ciudad pequeña y acogedora, rodeada de pequeñas montañas nevadas, donde los esquiadores disfrutan la nieve recién caída.
Tierra de Cárteles muestra cómo el doctor José Manuel Mireles, coordinador del grupo Autodefensas en el estado de Michoacán, y Tim “Nailer” Foley, líder del grupo Arizona Border Recon confrontan las actividades delictivas de los cárteles.
Ya ganó los premios como Mejor Director y Premio Especial del Jurado por Cinematografía, Asociación Internacional de Documentales: Premio al Valor Bajo Fuego, y nominaciones de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de Televisión como Mejor documental, y cinco nominaciones diferentes por parte de Cine Eye Honors, entre otros. Ahora va por el Óscar.