Nueva etapa de cooperación con universidades chinas, plantea UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de marzo de 2017.- Los problemas actuales del sistema público de pensiones, no se deben al incremento de los adultos mayores, sino a la incapacidad de generar empleos suficientes y de calidad, a la tendencia a la reducción de los salarios y su consecuente precarización en términos de seguridad social.
Así lo establece el estudio denominado Limitantes del Sistema de Pensiones en México, que revela también que de acuerdo al análisis del gasto público en pensiones, inexorablemente se recurre al argumento de la amenaza demográfica por el “acelerado envejecimiento de la población, sin embargo no es así.
“No es la demografía el problema, en este momento existe un excedente de fuerza de trabajo joven, todavía no llegamos al envejecimiento poblacional y ya tenemos problemas con el pago de pensiones. Hay algo incierto en la premisa del envejecimiento”, advierte la investigadora Gabriela Ponce.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista Pluralidad y Consenso, del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, uno de los problemas más profundos, y quizá con mayores posibilidades de solución, es la distribución del ingreso que lleva consigo el tema del desarrollo de un mercado de trabajo más dinámico que permita distribuirlo.
De acuerdo a los datos presentados en dicho estudio muestran que hasta que el empleo no permita un ingreso que a su vez garantice el ahorro el tema de las pensiones seguirá siendo un problema irresoluble para una gran parte de la población.
En el análisis del funcionamiento actual de las Afores, se sugiere que el sistema contributivo de pensiones se encuentra articulado mediante el lucro y la racionalidad con que operan no es el respeto al principio fundamental de asegurar un ingreso digno para la población trabajadora.
Quizá esa sea la mayor diferencia con las administradoras de pensiones en otros países, las cuales se encuentran más reguladas.
Hasta el momento no se pueden considerar como una solución, ya que, de seguir con esta forma de operación, el Sistema de Ahorro para el Retiro llevará al empobrecimiento de la población que sostiene laboralmente al país, este tiende a incrementar la desigualdad y la estratificación social en mayores niveles y, puede contribuir a un desenlace no deseado.
Ahora bien, establece el artículo, si el rendimiento de la administradora de fondos de pensiones estatal (en este caso PensionISSSTE) atrae cotizantes con diversas capacidades de ahorro por el manejo de las tasas de reemplazo, esto beneficiará la transición hacia un nuevo sistema contributivo de cuentas individuales no articuladas por el lucro, lo cual fortalecerá los recursos de la Administración Pública.
Cuando se analiza el gasto público en pensiones, inexorablemente se recurre al argumento de la amenaza demográfica por el “acelerado envejecimiento de la población.”
Un análisis menos ideológico y más detallado, no obstante, permite observar que los problemas actuales del sistema público de pensiones, no se deben al incremento de los adultos mayores, sino a la incapacidad de generar empleos suficientes y de calidad, a la tendencia a la reducción de los salarios y su consecuente precarización en términos de seguridad social.
Advierte que desde diferentes tribunas se insistido en profundizar los esquemas pensionarios individuales para evitar que el envejecimiento rebase el gasto público. Pero los análisis no sostienen estas tesis.