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MOSCÚ, 16 de enero (Quadratín México).-El Abuelo Jasán, como era conocido al que algunos calificaban de zar de la mafia rusa, fue alcanzado por un francotirador que usó un fusil con mira telescópica.
Los hechos ocurrieron poco después del mediodía cuando Usoyán salía de un restaurante. Gravemente herido, fue llevado al Hospital Botkin de Moscú, donde los médicos nada pudieron hacer: Usoyán murió sin recobrar el conocimiento.
En el atentado también fue herida una mujer, de la que se desconoce si era acompañante o simple transeúnte.
Instalado en el tejado de una casa, frente al restaurante, el francotirador habría disparado. Hasta ahora no se hay testigos que puedan identificar al sicario.
El asesinato de Usoyán estaría relacionado con una disputa de negocios en el mundo criminal de Rusia, según consideró el general Anatoli Kulikov, exministro del Interior.
Asán Usoyán, un armenio nacido en 1937 en Tblisi, en Georgia, contaba con un largo historial criminal. Su primera condena, le fue impuesta en 1959 en su ciudad natal. Puesto en libertad condicional, en 1966 fue sentenciado nuevamente a prisión, donde se le dio el título de ladrón de ley, la más alta distinción en el mundo criminal de la desaparecida Unión Soviética.
En 1994 el Abuelo Jasán se instaló en San Petersburgo, aparentemente a invitación del capo Konstantín Moguila, conocido como Kostia Tumba. Cuatro años más tarde sobrevivió en Sochi al primer atentado en su contra.
Los negocios criminales de Usoyán estaban relacionados, según la policía, con el tráfico de drogas, la venta de armas, la extracción de minerales y el juego ilegal. Sin embargo, no era perseguido por la justicia rusa.
Especialmente fuerte era su influencia en Moscú, San Petersburgo y las regiones centrales de Rusia. Además, tenía bajo su control a muchas organizaciones criminales originarias del Cáucaso y que actúan en Rusia.
La presidenta del comité parlamentario de Seguridad y Lucha contra la Corrupción, Irina Yarovaya, declaró hoy que “no hay ningún fundamento para considerar que la muerte del Abuelo Jasán signifique un regreso a los salvajes noventa y sus guerras entre criminales. Hoy tenemos otro país, otras leyes y otro marco jurídico”.
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