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CIUDAD DE MÉXICO, 25 de abril de 2019.- En sesión ordinaria de este jueves, el Pleno del Senado de la República aprobó en lo general y de los artículos no reservados con 78 votos a favor, cuatro en contra y 30 abstenciones del bloque opositor del PAN y PRI, el dictamen de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública del Gobierno de la República y lo remiten al Ejecutivo.
Minutos antes de su presentación y aprobación en el Pleno, en comparecencia, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, detalló de la Estrategia propuesta en la materia, seis ejes con los que el Gobierno federal pretende repensar la seguridad nacional y reorientar, parcialmente, los recursos de diverso tipo, ahora destinados a las fuerzas armadas, prioritariamente, a la seguridad pública.
De tal manera que sin abandonar sus misiones constitucionales, las Fuerzas Armadas participen en la formación, estructuración y capacitación de la Guardia Nacional.
Como primer punto, se buscará erradicar la corrupción y establecer un auténtico Estado de Derecho, en materia de corrupción nadie se llamará a engaño en los cuerpos de seguridad; pintaremos una raya clara entre la delincuencia organizada y los cuerpos de seguridad y acabaremos con la delincuencia uniformada.
Garantizaremos empleo, educación, salud y bienestar. La idea motriz del programa de seguridad es que la paz y la seguridad son fruto de la justicia, los objetivos de la seguridad no pueden alcanzarse solo por la vía de la fuerza. Las fuerzas del orden tienen tan solo un rol complementario en la seguridad.
Pleno respeto y promoción de los derechos humanos, pues señaló que las violaciones a las garantías se multiplican y perpetúan en la impunidad, por ello se incorporará el conocimiento de tales derechos en los procesos de formación de personal para las corporaciones policiales y militares, tanto en los planes oficiales de estudio, como en los instrumentos publicitarios a disposición de las distintas instancias de gobierno.
«Se erradicará la represión y nadie será torturado, desaparecido o asesinado por un cuerpo de seguridad del Estado; se dará seguimiento puntual a cualquier denuncia en este sentido”, indicó.
Regeneración ética de la sociedad. En otras palabras, dijo que la crisis de valores y de convivencia constituye uno de los componentes del estallido de violencia y criminalidad que vivimos; ante este panorama, consideró que la regeneración ética es al mismo tiempo un medio y propósito de la llamada Cuarta Transformación.
Ello, mediante la acción ejemplificante de un ejercicio de gobierno austero, honesto, transparente, incluyente, respetuoso de las libertades, apegado a derecho, sensible a las necesidades de los más débiles y vulnerables, y pendiente en todo momento del interés superior de la Nación.
Reformular el combate a las drogas, pues la prohibición de ciertos estupefacientes, particularmente de la mariguana, por parte del poder público “es ya insostenible desde cualquier punto de vista, tal prohibición es ineficaz desde el punto de vista de la salud pública: en la mayor parte de los países las estrategias de la prohibición de diversos estupefacientes no se ha traducido en una reducción del consumo”.
La recuperación y dignificación de las cárceles, ante las graves distorsiones que enfrenta el Sistema Penal del país, que lo convierten con frecuencia en un mecanismo contraproducente y que pervierten el carácter disuasorio del castigo para transformarlo en un multiplicador de la criminalidad.
«Combatir la corrupción de las autoridades carcelarias, establecer un régimen de respeto a los derechos de los internos, separar a los imputados de los sentenciados, garantizar que la cárcel no sea un doble castigo para las mujeres y dignificar las condiciones de alojamiento, salud y alimentación de las y los reclusos”, subrayó Durazo Montaño.