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CIUDAD DE MÉXICO, 22 de noviembre de 2016.- De acuerdo al Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), la pérdida por el consumo de piratería en México podría alcanzar a financiar a la Universidad Autónoma de México (UNAM) durante todo un año e inclusive, podría pagar dos Instituto Nacional Electora (INE), cifra que constituye un reto para la economía de nuestro país, pero particularmente para las instituciones que tienen la obligación de combatirlo y descenraizarlo de la cultura mexicana.
Cabe señalar que, la piratería es un delito que engloba diferentes actividades como plagio de artículos o diseños, violaciones a la propiedad intelectual, industrial o robo de patentes, falsificaciones, adulteraciones del original, entre otros aspectos. Esta práctica ha estado presente a lo largo de la historia universal en diferentes sociedades.
El tema ha sido debatido ampliamente en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) que ha denunciado, en numerosas ocasiones, que a escala internacional es Hong Kong el punto de origen y fuente principal de productos falsificados, los cuales algunos de ellos se comercializan en las calles del Centro Histórico de la CDMX e incluso en casi todas las regiones del país.
Pero ¿qué es la piratería, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)? La piratería es la reproducción y distribución de copias de obras protegidas por el derecho de autor, así como su trasmisión al público o su puesta a disposición en redes de comunicación en línea, sin la autorización de los propietarios legítimos, cuando dicha autorización resulte necesariamente legal”.
Por su parte la Organización Mundial de Comercio (OMC) lo concreta como “Reproducción no autorizada de materiales protegidos por derechos de propiedad intelectual (como derecho de autor, marcas de fábrica o de comercio, patentes, indicaciones geográficas, etc.) hecha con fines comerciales, y comercio no autorizado de los materiales reproducidos”. La UNESCO señala que la piratería afecta a obras de distintos tipos, como la música, la literatura, el cine, los programas informáticos, los videojuegos, los programas y las señales audiovisuales.
¿Quién es quién en el negocio de la piratería?
En el estudio denominado Piratería en México y sus efectos en la sociedad, del investigador Juan Pablo Aguirre Quezada, en el periodo del 1 de agosto de 2014 al 31 de agosto de 2015 la Procuraduría General de la República (PGR) registró dos mil 845 averiguaciones previas iniciadas en el fuero federal por presumibles ilícitos en materia de derechos de autor y propiedad industrial, de las cuales 556 eran previstos en el Código Penal Federal y dos mil 289 fueron sancionados conforme a la Ley de la Propiedad Industrial.
Así las cosas, por entidad federativas, las que registraron mayor número de averiguaciones previas iniciadas eran: áreas centrales de la PGR (mil 719), Distrito Federal (290), estado de México (176), Baja California (62), Michoacán (62) y Guanajuato (59). Los estados que menos registraron fueron Durango (10), Guerrero (4), Morelos (5), Nayarit (6), Hidalgo (7), Quintana Roo (7), Tabasco (8) y Puebla (9).
Una encuesta realizada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) reveló que 5 por ciento de los encuestados había adquirido al menos una vez medicamentos falsificados; 9 por ciento bebidas adulteradas y 22 por ciento cigarrillos apócrifos. En tanto, casi la mitad de los encuestados (48 por ciento) respondió que en el último año adquirió algún producto pirata.
¿Qué se vende más dentro de la piratería?
Los artículos apócrifos más comprados, según el estudio presentado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, fueron: música, películas, videojuegos, programas de computación, accesorios de vestir, series de televisión, perfumes, cosméticos, juguetes y pilas, entre otros.
El 37 por ciento de los encuestados por el Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual (IMPI) afirmó comprar productos piratas por ser más económicos; 14 por ciento porque están “más a la mano”; 14 por ciento mencionó “que es lo que puedo comprar con el dinero que tengo para gastar”; 10 por ciento afirmó que los productos piratas tienen calidad, entre otras respuestas.
Otras cifras interesantes es que el 86 por ciento de los consultados consideró a la piratería como una actividad de la delincuencia organizada; 82 por ciento como un riesgo a la salud; en tanto que sólo uno de cada cinco (20 por ciento) mencionó que el gobierno está tomando las medidas necesarias para resolver el problema de la piratería, entre otras opiniones.
¿En qué daña a la nación el consumo de mercancía pirata?
Para la Secretaría de Hacienda y Crédito la piratería afecta a las finanzas públicas debido a que se dejan de recibir el pago de impuestos legítimos, lo cual beneficia a las mafias que producen artículos apócrifos, toda vez que genera una pérdida de poco más de seis mil millones de pesos por el Impuesto de Valor Agregado (IVA).
Dicha instancia calculó que el mercado sombra de la piratería podría costarle al país más de 43 mil millones de pesos, aproximadamente 34 por ciento del recorte presupuestal anunciado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en 2015, esta cifra es mayor en 28 por ciento que el presupuesto anual del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de 2015.
Ante este panorama de recesión que se vislumbra para el próximo años, una de las tareas que deberá enfrentar las autoridades hacendarias y de procuración e impartición de justicia es de enfrentar con éxito no solo la evasión fiscal o la inclusión del comercio informal al pago de impuestos, sino que también la actividad de piratería que como se ha dicho genera pérdidas económicas por 43 mil millones de pesos anualmente.