DINTEL: Aprender de los errores y de la experiencia ajena

13 de julio de 2012
 , 
8:33
Abelardo Martín

Si en los últimos meses ha habido un presidente que asumió el poder con los mejores augurios ese es, sin duda, François Gérard Georges Hollande, quien desde el pasado 15 de mayo de 2012 es el vigesimocuarto presidente de la República Francesa, co príncipe de Andorra y Gran Maestre de la Legión de Honor.

No culmina su segundo mes en el cargo, cuando vive ya una grave crisis política originada donde y por quién menos lo calculó: su propia esposa.

No fue la aparente bancarrota europea o el predominio de los Estados Unidos y su influencia europea lo que ha colocado a Hollande en el ojo del huracán, sino el activismo de su actual esposa en contra, ni más ni menos, de la anterior.

O sea, los problemas privados se volvieron  públicos.

Desde la década de los 70′s hasta el 2007, el mandatario francés fue pareja de Ségolène Royal, candidata a la presidencia y destacada socialista, con quien procreó 4 hijos.  Sin embargo, la actual primera dama Valérie Trierweiler, periodista y ex conductora de televisión, cometió el error de twitear un mensaje con el que apoyaba al adversario político de la ex pareja de Hollande. Sobrevino una crisis personal, de pareja y luego política. El mayor conflicto francés no es la debacle de la comunidad europea, ni siquiera el liderazgo de las grandes potencias, sino un asunto doméstico.

La primera dama francesa, está “desaparecida” y hace dos semanas no cumple agenda pública y ya hay quienes hablan hasta de rompimiento entre Hollande y su esposa.

 

Aunque Hollande prometió durante la campaña electoral que sería un presidente normal para diferenciarse de Nicolás Sarkozy, los hechos lo rebasaron. El inoportuno tuit de la primera dama desató inquietud en el Partido Socialista y se convirtió en asunto de Estado cuando el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, pidió a Trierweiler que fuera más discreta.

En otro país,  Ecuador, la embestida del presidente Rafael Correa, contra los medios de comunicación ha tomado el derrotero de ataques a la libertad de expresión y la censura. En los últimos días el gobierno ha “cerrado” unas 20 estaciones de radio con argumentos legales con los que, los concesionarios, están en desacuerdo.

Correa desmintió que se trate de una persecución política, y explicó que se debió a un proceso de depuración de frecuencias.  “La ley es para todos. Revisen lo que quieran en la reversión de frecuencias de concesiones y si se ha hecho algo arbitrario o persecución política, que nos demanden”, afirmó.

“Se trata de un proceso de depuración porque eso era un caos, frecuencias ilegales, corrupción, fallas técnicas”, agregó Correa, quien explicó que unas 200 concesiones han sido renovadas, mientras 90 han sido rechazadas.

Radio Morena, propiedad de un legislador de oposición funcionaba en frecuencia modulada desde hace 17 años y enfrenta un litigio con la Superintendencia de Telecomunicaciones por incumplimientos técnicos y la mora en el pago previsto en la ley.  El presidente de la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión, Roberto Manciati, admitió que esperan más cierres de estaciones de radio y TV. El PRI, si de algo puede presumir, es de larga experiencia de gobierno. Sin embargo, hace casi 12 años lo dejó y tiene que reacondicionarse cuanto antes y, si se fija en lo que está ocurriendo en el mundo, mejor.

Precauciones, mucha actividad y mucha atención nunca sobran.

 

QMex/am

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