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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de marzo de 2019.- Con el propósito de que los productores pongan en marcha sus ideas de negocio, aumenten su productividad y tomen mejores decisiones económicas y ambientales, en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM se presentó el proyecto Educación en línea para negocios rurales en el marco de la economía social.
De acuerdo a un comunicado de la Máxima Casa de Estudios, se trata de un plan de educación en el trabajo para quienes laboran en organizaciones surgidas a partir de ejidos, comunidades agrarias y pequeños productores; desde sociedades de producción rural hasta asociaciones de interés colectivo. “Ellos tienen la capacidad, pero requieren apoyo”, indicó Alejandro Polanco, académico de la entidad y responsable del proyecto.
Está dirigido a profesionales y técnicos (agrónomos, veterinarios, administradores) que trabajan para o con organizaciones involucradas en el desarrollo económico, en este caso, del sur-sureste del país.
Tras señalar que este proyecto es importante por el rezago del sector rural, Polanco explicó que la economía social o solidaria es un tejido de actores económicos y sociales, empresas y organizaciones, que ofrecen bienes y servicios dirigidos a las necesidades de la sociedad, con un rasgo particular: anteponen el bien común a la maximización de ganancias.
El sector rural mexicano se caracteriza por una población empobrecida, con mala salud, productores envejecidos, mujeres solas al frente de unidades productivas o abandono de predios, que se suman a la inseguridad alimentaria, el asedio de grandes corporaciones a los territorios y políticas públicas fallidas, entre otros aspectos.
“Ante ese panorama, tratamos de impulsar la educación en el trabajo aprovechando las tecnologías informáticas. Los cursos incluyen lecturas, ejemplos multimedia y modelos de negocios del ámbito rural relevantes a nuestro contexto”. Los docentes que serán invitados a participar, y que fungirán como asesores, tienen amplia experiencia fuera del ámbito universitario, afirmó el académico.
El marco de referencia del proyecto es el que generan los institutos de investigación de la Universidad, y el análisis y reflexión que se efectúan en programas universitarios como el de Estudios del Desarrollo (PUED). Además, recalcó, la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) cuenta con el Centro Nacional de Apoyo a la Pequeña y Mediana Empresa (Cenapyme).
En una primera etapa, este esfuerzo consistirá en lanzar un curso introductorio para analizar la viabilidad técnica, económica, financiera, legal y ambiental de proyectos, y continuar con una invitación a los egresados para tomar un diplomado, en el que elaborarán un plan de negocios que pueda ser financiable. Además, existe la posibilidad de crear comunidades de aprendizaje y relaciones de colaboración con la participación de académicos y estudiantes universitarios.
El proyecto, que cuenta con un consejo asesor de especialistas de instancias como la Escuela Nacional de Trabajo Social y la FCA, será evaluado por el Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana.
Alejandra Garduño, oficial de Programas de la Fundación Kellogg, recordó que ese organismo trabaja en México desde 1945 con diferentes estrategias. Desde hace 10 años definió que se iba a concentrar en territorios específicos: nueve municipios indígenas de los Altos de Chiapas, y 16 de la Península de Yucatán, donde se invierte todo el presupuesto destinado a América Latina.
La meta es ver si con un enfoque a 20 años, y con la articulación y colaboración de otras instituciones, se logran cambios importantes en el acceso y oportunidades para los niños y sus familias. “Buscamos que los proyectos que se incorporan a esta estrategia contribuyan al fortalecimiento de capacidades de la presente generación y la siguiente”.
En ese camino “coincidimos con Alejandro Polanco, con quien conversamos sobre cómo impulsar las capacidades en estos territorios, en donde hace falta acceder a conocimientos prácticos, que brinden a los jóvenes herramientas para llevar a cabo negocios sostenibles, que generen ingresos y bienestar a las comunidades”.
Al respecto, José Ángel Gutiérrez, secretario general de la FMVZ, consideró que el aspecto social y los negocios son importantes para la formación de un médico veterinario zootecnista. “Los empleadores necesitan especialistas con una preparación más robusta en las áreas gerenciales, que implican negocios, y una visión social. Por eso, contar con proyectos como éste es satisfactorio”.
También estuvo presente Isabel Cruz Hernández, de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social.