El presupuesto es un laberinto
Y la recuperación, cómo para cuándo
Las expectativas de que en junio la economía mexicana tocará fondo –el más profundo y oscuro que se recuerde por efecto de la pandemia– y que a partir de julio comenzará la recuperación, parece más un acto de fe que un ejercicio prospectivo de nuestra realidad.
Aunque parezca obvio, hay que insistir en que todos quisiéramos que la pesadilla de la pandemia terminara de una vez por todas para iniciar el proceso de la recuperación lo más pronto posible, por difícil que sea.
El punto es que las expectativas de la recuperación no quedan claras y seguimos preguntándonos cómo salimos de ésta. Lo malo es que vemos como se subestima el número de personas que han perdido sus empleos, no se pone atención en las empresas quebradas y tampoco en la pérdida en los niveles de bienestar.
En los últimos días se han planteado distintos escenarios sobre la luz al final del túnel, se aprecian coincidencias pero también hondas diferencias.
Parece que el criterio de la burbuja de Palacio es que las heridas de esta crisis se curarán con el tiempo.
Y que conste que no nos referimos a las otras crisis como las de la inseguridad, la política-electoral, que son otra historia.
Juego de espejos
Para el Presidente de la República el razonamiento es simple, “ya domamos la pandemia”, se tocará fondo en junio, la recuperación comienza en julio y… todos felices.
Arturo Herrera, el secretario de Hacienda, dio una clase de economía muy básica en un video de YouTube usando el modelo teórico de la sopa de letras y concluyó que la recuperación de la economía mexicana tendrá forma de palomita, como la de la marca Nike. Lo que el señor Herrera nos quiso decir es que abruptamente tocamos fondo para luego emprender una recuperación más lenta de lo que quisiéramos y que podría prolongarse hasta el próximo año, no, menos, al 2022.
Para Gerardo Esquivel, vicegobernador del Banco de México, el escenario que considera más posible es el de la V, es decir, una caída fuerte pero con una recuperación rápida, aunque aclaró en la entrevista con Samuel García, en Arena Pública, que todo dependerá de cómo se comporte la pandemia. Pues sí.
Veladoras al T-MEC
La 4T está apostando todas sus canicas a que la entrada en vigor del T-MEC en julio, actúe como agua bendita que curará todos nuestros males, todos.
Al igual que Herrera y Esquivel, el Presidente espera que la entrada en vigor del T-MEC abra en automático las válvulas de los recursos a la reactivación productiva, el comercio y las inversiones.
Aunque le prendamos todas las veladoras, el punto es si Estados Unidos estará en condiciones o no de responder a nuestras expectativas. Nuestra realidad es el histórico bajón del 41 por ciento de las exportaciones mexicanas, el desplome del 17 por ciento de la industria de la construcción (en marzo), y la caída del 59 por ciento (en mayo) en la venta de autos compactos. Con todo y la crisis sanitaria, China sigue siendo el principal socio comercial de EU y nosotros estamos en tercero.
Deuda, el coco de la 4T
En la burbuja del poder le tienen pavor a la contratación de deuda externa pero no reparan en gastar los recursos internos.
Para la recuperación, el Presidente ha rechazado una y otra vez la expectativa de un programa fiscal que evitaría el cierre de muchas empresas y el consecuente desempleo, pero en su lugar ha dado vuelo a recortes internos al gasto público para mantener los programas asistenciales sin ceder un solo centavo de los recursos destinados a sus obras estrella.
De manera más abierta Gerardo Esquivel justifica la decisión de no recurrir a la deuda externa para financiar un gran programa fiscal pues lo único que conseguiría, dice, sería aumentar los compromisos externos, aunque admite que la deuda crecerá por el efecto del desplome del PIB. Ya habrá tiempo para juzgar si fue la decisión correcta.
Con mucha cautela y a título personal, el vicegobernador del Banxico ha puesto sobre la mesa dos propuestas para aliviar la crisis por el cierre de empresas y el desempleo.
Una tiene que ver con la creación de un seguro del desempleo que podría atender al millón de personas que han perdido su trabajo, Esquivel asegura que no requiere de muchos recursos y podría subsanarse con lo que pagó recientemente Walmart al SAT.
Otra propuesta que ayudaría a evitar que la crisis de liquidez de las empresas sea permanente es la de crear un programa para financiar de manera temporal la nómina de algunas empresas.
Pero parece que las propuestas de Esquivel han quedado en el archivo de ni te veo ni te oigo.
Al presidente le ha ido muy mal en estas últimas semanas, sus índices de popularidad han bajado mucho por las señales cruzadas en sus mensajes.
De lo que podemos estar seguros es que si bien nos va, para septiembre comenzaremos a ver el tamaño de los destrozos del Covid 19. Aparte, veremos cómo nos va con los resultados electorales en EU de este fin de año.
Para el 2021 se espera que siga la lenta, lentísima recuperación, tipo palomita Nike, pero en 2022 sabremos si se cumplen los presagios de las calificadoras y perdemos el grado de inversión, lo cual también sería catastrófico.
Columnómetro de Aquiles Baeza.
1.- Memelandia.
a) Dicen que en Dos bocas hay más agua que en el Lago de Texcoco. ¿Será?
b) Tan bueno como el mole de Barbosa, además del detente #YaSabenQuién asegura que “no robar, no mentir no traicionar” ayuda para que no te dé el coronavirus.
c) Pruebas científicas revelaron que algo mucho mejor que las nanomoléculas de cítricos que promociona y usa Olga Sánchez Cordero es chupar limón.
d) Germán Martínez recomendó a López-Gatell leer el poema Sentado sobre los muertos, de Miguel Hernández.
2.- Sorprendentemente Claudia Sheinbaum está haciendo buen trabajo frente a la pandemia, no se deja marear por el standupero de moda.
3.- Como dice una cosa dice otra. Primero dijo que serían unos ocho mil muertos, luego aumentó la cifra a 30 mil y ahora sale con que serán 35 mil las víctimas por la pandemia y que la curva de los contagios –que se supone ya se aplanó– terminará en octubre. Y que conste, no hace falta decir quién es.