
Itinerario político
Salud, brindamos por México, con una a la una
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
En el día del grito las escritoras, poetas, periodistas, pero sobre
todo maestras de quien escribe, Rosa María Campos y Rosa Chávez
Cárdenas, nos deleitan con sus mensajes.
Que con aplauso general los transcribimos, íntegros.
Previamente sería prudente transmitir lo que el Instituto Nacional
de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, que nos
proporciona el abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes, da a conocer la
historia oficial sobre la conmemoración del grito de Independencia.
El Diario Oficial de la Federación que edita la secretaría de
Gobernación nos informa que fue el 15 de septiembre de 1810,
cuando Miguel Hidalgo y Costilla, párroco del pueblo de Dolores,
Guanajuato, convocó al pueblo para levantarse en armas contra la
opresión política, la desigualdad social y a favor de la independencia
de las provincias novohispanas, la madrugada del 16 de septiembre
de 1810.
En su arenga, Hidalgo expresó:
“Compatriotas: no existen ya para nosotros ni el rey ni los
tributos… Llegó el momento de nuestra emancipación; ha sonado la
hora de nuestra libertad…
Pocas horas faltan para que me veáis marchar a la cabeza de
los hombres que se precian de ser libres…”
La lucha iniciada por Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fue
continuada por otros líderes como José María Morelos, Hermenegildo
Galeana, Mariano Matamoros, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo,
Pedro Moreno, Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, y por miles de
mujeres y hombres quienes arriesgaron y ofrendaron su vida por un
país libre e independiente.
La conmemoración de este acto fundacional inició en 1812,
cuando Ignacio López Rayón, al frente de la Suprema Junta Nacional
Americana de Zitácuaro, conmemoró esta fecha en Huichapan, como
día de fiesta nacional.
A su vez, Morelos, en el punto 23 de los Sentimientos de la
Nación señaló que debía solemnizarse el 16 de septiembre todos los
años: “como el día aniversario en que se levantó la voz de la
independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue
en el que se abrieron los labios de la Nación para reclamar sus
derechos y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre el
mérito del gran héroe el señor don Miguel Hidalgo y su compañero don
Ignacio Allende”.
Durante el gobierno de Guadalupe Victoria, primer presidente de
la República, se reconoció el 16 de septiembre como la fiesta nacional
por excelencia.
La celebración de esa fecha cívica no se ha interrumpido desde
entonces, ni siquiera cuando el país estuvo en guerra contra Estados
Unidos, o durante la resistencia republicana contra la Intervención
francesa y el Segundo Imperio. Maximiliano visitó la villa de Dolores,
Guanajuato, para conmemorar ahí la Independencia de México.
Con el paso del tiempo se consolidó la práctica de conmemorar
el inicio de la Independencia con una fiesta popular la noche del 15 de
septiembre, en que se arengaba a la multitud desde el balcón de
Palacio Nacional, repicaban las campanas de catedral y se daba inicio
a una fiesta popular que continuaba el 16 e incluso se prolongaba
hasta el 17.
En 1896 se agregó como nuevo elemento conmemorativo la
Campana de Dolores. Durante el proceso revolucionario, los distintos
gobiernos también conmemoraron el Grito de Dolores.
En 1940, el presidente Lázaro Cárdenas conmemoró la noche
del Grito en la villa de Dolores, Guanajuato; aquella fue la primera vez
que un presidente encabezaba la ceremonia cívica en la Cuna de la
Independencia Nacional.
A partir de entonces, todos los presidentes de México han
repetido este acto, en el lugar original donde Hidalgo y los primeros
insurgentes iniciaron el movimiento libertario del cual emergió el
Estado y la Nación mexicana.
Día de fiesta y solemne para la Nación. La Bandera Nacional
deberá izarse a toda asta.
Seguimos con dos sucesos del mismo tema.
La terapeuta jalisciense Rosa Chávez Cárdenas es breve:
“Estaba el presidente Echeverría relajado, feliz, reía a carcajadas
con los relatos que hacíamos de los dichos y hechos de ingeniosos
personajes de Saltillo y Coahuila, participaba animadamente en la
conversación.
Se veía contento muy a gusto. Se abrió de pronto la puerta de la
habitación y apareció en ella la recia figura de la compañera María
Esther. Una sola palabra dijo imperativa; «Echeverría».
Como empujado por un resorte, el presidente de la República
saltó de su sillón, se despidió rápidamente y fue tras su esposa sin
siquiera haber disfrutado el banquete con riquísimos manjares
norteños que poco después se sirvieron.
Excelente incansable labor social hizo doña María Esther, dicho
sea de paso, en favor de la familia y los niños.
Es considerada junto con dola Eva Sámano de López Mateos
una de las mejores y más activas y benéficas primeras damas que ha
tenido este país”.
Y de Rosa María Campos, veracruzana, también nos cautivó.
Acabamos de saborearlo y no tiene mácula. Nos invita a estarlo.
Por ello lo recomendamos.
¿Estás enamorado?
Sí lo estas, lee lo siguiente. Si no, también
Me desmayo, atrevo, estoy furioso, áspero, tierno, liberal,
esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y
animoso.
Me muestro alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente,
fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso.
“Creo que un cielo en un infierno y doy la vida y el alma a un
desengaño.
¿Esto es el amor? quien lo probó, lo sabe”, aseguraba Lope de
Vega.
Antes San Juan había certificado: “Dios es Amor” y otros
opinaban: “el amor es la más plena relación humana; necesaria para
todos los seres vivos”
Y hoy, como la palabra está tan manipulada, tratáremos de
aclarar que es el amor.
Los psicoanalistas opinan que hay tres clases de amor:
El erótico, que surge por el instinto entre un hombre y una mujer;
es posesivo y excluyente. Se quiere poseer a la persona «amada».
También resulta turbador pero placentero. Surge o desaparece sin que
la persona lo decida y la conduce a cierto tipo de abusos, desilusiones,
e insatisfacciones.
Otro amor: La amistad o intercomunicación gratuita, cordial, no
posesiva, mediante la cual se logra un interés mutuo por los
problemas, éxitos o sufrimientos del amigo, lográndose constituir a
través de ella un descanso psicológico. Sin embargo, no hay
que olvidar que la amistad se cultiva, no se impone.
Un tercer amor: El incondicional. Este amor se manifiesta como
ayuda al prójimo, servicio desinteresado o entrega gratuita para el bien
de todos, pero conlleva al sacrificio de los propios intereses, más
tengámoslo presente: entre más se da más feliz es la persona que lo
prodiga.
En el amor incondicional no hay manipulación, ni posesión, ni
dominio, es deseo de ayuda sin condiciones a la persona amada o a la
humanidad. Es un acto de libertad, dado que ayudar, servir,
comprender, respetar, dar, perdonar son acciones que uno decide
realizar libremente.
Por eso este tipo de amor constituye la relación más profunda y
fecunda que puede existir.
Tratándose de amor incondicional en una pareja ambos toman
conciencia de su persona y su dignidad. Se sienten conocedores y
conocidos, respetados y respetuosos, amantes y amados.
No hay asimilación, posesión, pero sí reconocimiento. Es una
comunión, un «nosotros», sin perder singularidad. Quiero que tú seas
tú y tú quieres que yo sea yo.
También nos solidarizamos con Rosa María Campos, que en
“Candelero” de Abraham Mohamed Zamilpa, recomienda que tomar
una copa de vino tinto al día es tanto como la panacea para la salud.
Y ¡para colmo!, el vino tinto es aliado de fumadores porque
contrarresta el efecto hipertenso que provoca el consumo de tabaco».
Todos estos beneficios fueron destacados en el estudio realizado
por el Departamento de Nutrición y Dietética de Universidad Harokopio
de Atenas.
Además: ¿Sabías que al vino tinto se debe la buena salud
cardiovascular de franceses, españoles e italianos?
Tal vez responderás: “esto no es posible, en el otro lado del
Atlántico la dieta incluye comidas con alto contenido de grasas.
Si eso es verdad, pero un estudio de la Universidad de
Wisconsin descubre que el vino tinto contiene Resveratrol, un
activador que pertenece a una familia de enzimas llamadas sir tuinas,
componente natural de las uvas y las granadas.
Enzimas de moda, presentadas hoy como lo máximo
en antioxidantes, en farmacias, tiendas naturistas y de
autoconsumo, con leyendas tan sugestivas que nos inducen a
comprarlas de inmediato para conservarnos guapos, jóvenes, o
convertirnos en un Dorian Grey, ese personaje que nunca envejecía,
según una de las novelas del escritor británico Oscar Wilde.
Buen consejo de la escritora que radica en Coatepec, en su finca
cafetalera.
Nosotros nos unimos a su consejo y al nuestro con el estribillo:
Hoy, no a las 23 horas brindaremos. Sino a la una, con una. Ni
una más.
craveloygalindo@gmail.com