Fortalece IMSS acciones de prevención para disminuir los casos de VIH
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de julio (Quadratín México).- Al presenciar la firma de acuerdo para reducir la cantidad de sal en la elaboración del pan, el presidente Felipe Calderón reconoció que hay aspectos de prevención en la salud que “probablemente” se han tomado tarde y esto representará un costo en la atención médica difícil de enfrentar.
Durante el evento, habló de la necesidad de reforzar y acelerar las modificaciones en la elaboración de alimentos industrializados y en la adopción de una alimentación saludable, a fin de evitar el aumento de enfermedades crónico-degenerativas.
“Eso implica un costo que el país no será capaz de enfrentar, si no cambiamos hoy, y probablemente estemos ya tarde en eso, hacia una cultura de prevención”, consideró. “Es decir, la diabetes no se va a combatir bien por más dinero que le pongamos al sistema de salud, si todo va a derivar en adultos mayores con problemas de hemodiálisis, que derivan en muerte, para decirlo con toda claridad, con riñones que ya no tienen remedio”.
Por ello, enfatizó, “para un país como México, la prevención es el único camino para garantizar la viabilidad del Sistema Nacional de Salud. Curar es bueno, pero prevenir es mucho mejor”.
En este sentido elogió el acuerdo con la industria panificadora para reducir en 10 por ciento la sal en la elaboración del pan para coadyuvar en la prevención de enfermedades cardiovasculares y crónico-degenerativas, entre otras.
“Menos sal es sinónimo de más salud. Menos sal es sinónimo de menos gasto en la salud”, expresó, al tiempo de mencionar que los padecimientos crónico degenerativos provocan una enorme presión en las finanzas públicas, porque el costo es mayor en pacientes con enfermedades, que en la prevención.
“El convenio de hoy tiene qué ver con un alimento básico en la mesa de todos: el pan. El pan constituye una parte medular de la dieta de nuestro pueblo”, manifestó, pero por aquello de las malas interpretaciones en medio de un ambiente preponderantemente electoral, aclaró que “estoy hablando de lo que se come”, no de partidos políticos.
Las acciones que reduzcan el porcentaje de sal en el pan de caja y el bolillo se realizarán en un plazo no mayor a cinco años, de acuerdo a la Presidencia de la República.
En la escalinata de la residencia Miguel Alemán de Los Pinos, el mandatario insistió en que poner un alto al elevado consumo de sal es un desafío indiscutible e inaplazable.
“Para un país como México la prevención es el único camino para garantizar la viabilidad del sistema nacional de salud. Curar es bueno, pero prevenir es mucho mejor”, enfatizó.
Calderón explicó que los expertos en nutrición aseguran que “lo ideal” para una persona normal es consumir dos gramos de sal máximo en las comidas.
“Pero los mexicanos consumimos cinco veces más y hay quien antes de probar un platillo le pone sal”, dijo, y en tono de broma pidió que “el que esté libre de culpa que tire el primer salero”.
El pasado 22 de junio, el Consejo de Salubridad General, que depende directamente de la Presidencia de la República, publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el caul se recomienda la disminución del uso de sal común en la elaboración de pan como una medida de prevención de enfermedades cardiovasculares y otras crónico-degenerativas.
De acuerdo con información de Los Pinos, hay estudios epidemiológicos, genéticos y de intervención demostraron los efectos en la ingesta de sal en la morbilidad y mortalidad cardiovascular y renal, infarto al miocardio, insuficiencia cardiaca y renal, así como en los accidentes cerebrales vasculares.
Por ello, la restricción moderada de ese producto en los hipertensos reduce las cifras de presión arterial, mejora la eficacia de la mayoría de los antihipertensivos y optimiza el control de otros factores de riesgo como la obesidad.
Por ejemplo, se ha documentado que una reducción de la ingesta de sal de tres gramos por día se acompaña de un descenso de presión arterial sistólica y diastólica en pacientes hipertensos y se estima que esto se acompañaría de una reducción del 20 por ciento de los episodios coronarios y 26 por ciento de los accidentes cerebrales vasculares.
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