Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
La lista de electores, un botín
Ya se desató su búsqueda. Es un artículo que siempre es demandado, pero sobre el cual se pone la lupa para encontrarlo con frenesí cada vez que hay elecciones, si usted tiene en la cartera entre 10 mil y 15 mil pesos, ese producto lo tendrá en la bolsa con toda seguridad.
Su venta es ilegal, aunque no se trata de un arma o droga, vamos ni siquiera de un medicamento controlado. Tepito es un lugar en donde comúnmente se encuentra, en donde está a la venta al mejor postor, pero si usted no quiere exponerse en visitar el Barrio bravo, se lo pueden llevar hasta su domicilio, aunque, claro, usted deberá tener la conexión necesaria para que se la vendan.
Se trata de la lista nominal de electores del INE, que es comercializada como cualquier otro producto que tiene un mercado de compradores en esa zona de la Ciudad de México.
A medida que se acerca el proceso electoral del 2018 empezó a resurgir su venta, sin ningún pudor. Basta con saber buscar para que cualquier persona interesada pueda encontrar el vínculo adecuado para comprarla.
El uso de la lista nominal del Instituto Nacional Electoral sólo está limitado para ese organismo, pero puede ser consultada por los partidos políticos, de ahí que su ‘filtración’ hacia la delincuencia organizada que vende esa base de datos puede encontrarse a partir de este mecanismo.
Quien tiene en sus manos un padrón con las características de la lista nominal de electores cuenta con un “tesoro” que puede utilizar de diversas maneras. Lo mismo puede tratarse de una empresa telefónica que desee vender sus productos a clientes potenciales, que un bufet de abogados de cobranzas que consiga el domicilio de deudoras de bancos y vaya directamente a su domicilio para presionar a que paguen que, en el peor de los casos, la delincuencia organizada que tenga los datos detallados de los ciudadanos para cometer alguna fechoría en su contra.
De ese tamaño es el riesgo que implica que la lista nominal de electores se encuentre en manos de cualquier persona, sin que las autoridades federales hagan algo para impedirlo.
Desde abril de 2010, a petición de Arely Gómez, entonces titular de la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), la Subprocuraduría de Delitos Electorales de la PGR inició la investigación de la venta del padrón electoral y otras bases de datos en Tepito, denunciada por diversos medios de comunicación.
Posteriormente, cuando Arely Gómez fue titular de la Procuraduría General de la República, seguramente encontró en la PGR información abundante sobre la manera en que opera este ilícito.
La venta ilegal del padrón de electores es un asunto con historia, pero que recobró su presencia con el escándalo provocado por el Partido Movimiento Ciudadano, el cual a inicios de 2016 subió a “resguardo” en Amazon Web Services la lista nominal de electores de México, empresa de la cual fue bajada sin problema por un ciudadano estadounidense.
Imagine nada más, los datos de casi 90 millones de mexicanos, de todos nosotros, nombre completo, dirección, teléfonos, CURP, etc., en manos de un extranjero que, sin problema, los obtiene.
El 22 de abril del año pasado Amazon notificó a Movimiento Ciudadano que la información resguardada había sido obtenida de manera ilegal por el ciudadano estadounidense, Chris Vickery. De inmediato, se procedió a retirar la información del resguardo en que se encontraba.
Vickery afirmó que la información encontrada en Amazon estaba en la ‘nube’ y no tuvo el menor problema para acceder a ella. “Pensé que se trataba de datos de un país sudamericano”, comentó el cibernauta y fue él mismo quien informó de su hallazgo a autoridades de la Unión Americana, quienes a su vez lo informaron a Amazon.
La realidad de que haya sido el propio Vickery, quien avisó a las autoridades estadounidenses de su hallazgo, complicó mucho la versión de Movimiento Ciudadano, en el sentido de que fue un hacker altamente especializado el que efectuó un ataque cibernético. ¿Qué hacker se pone en manos de las mismas autoridades de su país?
El líder moral de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, aseguró en ese entonces que la base de datos de la lista nominal nunca estuvo en una ‘nube’ y que se depositó en un servidor digital, muy similar a una bóveda bancaria, donde únicamente su partido poseía la llave para abrirla.
En una postura contraria, Amazon México sostuvo que la información no fue depositada de manera segura, pues carecía de claves y estaba visible a la vista de cualquier cibernauta.
Pero no es la primera vez que el partido de color naranja está inmiscuido en un escándalo similar, en 2013 fue multado con 76 millones de pesos por filtrar datos del padrón electoral al sitio web buscardatos.com. En términos del derecho penal, ese partido sería un reincidente con agravantes.
Aunque existe una legislación para proteger los datos de los electores en nuestro país, esto es una mera fantasía. Quién quiere los datos, los obtiene a como dé lugar, para los fines que quiera. Sólo basta recordar la repartición de tarjetas Soriana efectuada por el PRI y el Partido Verde a favor de electores que votarían por la fórmula que presentaron dichos institutos políticos en los comicios presidenciales de 2012, en base a datos obtenidos sobre el padrón electoral.
También hay que recordar la multa que impuso el entonces IFE en el 2007 al Partido Acción Nacional por usar datos de los electores en una página web, en el que se promovía la campaña de su aspirante presidencial Felipe Calderón y qué decir del uso del mismo padrón electoral en el entonces Distrito Federal, cuando Andrés Manuel López Obrador, era Jefe de Gobierno del DF, para promover el voto a favor del PRD, entre los ‘viejitos’ que recibían beneficios para personas de la tercera edad.
En un afán de democracia y transparencia, por ley, todos los partidos tienen derecho a recibir las listas nominales de electores, por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), con la finalidad de realizar una revisión que abone en la mejor realización de los comicios, pero esa transparencia se ha pervertido. “No se puede dar flores a los cerdos”, dice un refrán popular.
Todos los partidos, no hay que olvidarlo, están infiltrados no sólo por políticos ladrones, sino por la misma delincuencia organizada. Hay casos comprobados que sería interminable citar aquí (José Luis Abarca en el PRD es uno de los ejemplos más palpables). De ahí, que los datos personales de los electores se convirtieron en un botín.
Por ley, los partidos seguirán teniendo acceso el padrón de electores y seguramente los datos personales de todos seguirán cayendo en malas manos. Será tarea de los legisladores hacer que la ley tenga otro sesgo que impida esto.