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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de diciembre de 2021.- En México ocho de cada 10 asesinatos no se investigan y uno de ellos es del hijo de Aurelio, quien pese a estar profundamente quebrado, encuentra en el amor la esperanza y fuerza para no comportarse como víctima y buscar justicia.
En la cinta Ocho de cada diez, este personaje, que dio el Ariel a Noé Hernández como Mejor Actor, conoce a Citlali (interpretado por Daniela Schmidt), una mujer también rota, dedicada a la prostitución y que busca recuperar a su hija de las manos de un hombre violento.
“Y una característica de estos personajes que me parece muy valiosa, desde que leí el guión, es que en ningún momento, ni Citlali ni Aurelio, se comportan como víctimas, son dos personajes que a pesar de que sí son víctimas, no piden limosna, simplemente buscan lo que es justo, correcto y corresponde”, valora Daniela, vía Zoom, sobre la búsqueda de justicia.
Aurelio recurre a las autoridades para que le den esa justicia, pero ante el desinterés y las trabas, tendrá que buscarla por propia mano, como ocurre en la vida real, lo que lleva a Noé Hernández a cuestionarse como actuaría fuera de la ficción.
“Creo que es una alternativa, la verdad es que… ya Noé ahí: si estuviera en las circunstancias de Aurelio… híjole, tal vez tal vez, haría lo mismo, porque son temas bastante fuertes: que te maten a un hijo y no encuentres la más mínima justicia o el más mínimo interés por querer hacer justicia de un acto tan vil.
“El grado de impotencia es tal, que si me pongo en los zapatos de Aurelio, híjole, tal vez lo justificaría y haría lo mismo que él, aunque creo, personalmente, que no es el camino, porque violencia genera violencia y pienso que nuestra humanidad tendría que alcanzarnos para encontrar otras soluciones”, externa y reflexiona.
Schmidt complementa que también la película no propone que la gente tome la justicia en sus manos, sino que en esta circunstancia especifica, Aurelio, en su frustración y desesperación, se lanza a este último recurso, por la tristeza, el duelo y el cansancio de tratar de buscar en alguna figura de autoridad ese apoyo que no le da nadie, ni siquiera su familia.
“Igualmente Citlali, dos personajes, como dice Noé, fracturados, invisibilizados, no solamente por la sociedad y la justicia, sino también por sus familias; entonces, la película no propone que los seres humanos tomemos la justicia en nuestras manos, sino que estos personajes llegan a un límite en su experiencia humana”, añade, sobre el filme dirigido por Sergio Umansky.
Ocho de cada diez se estrenará este jueves comercialmente, con retraso por la pandemia de casi dos años, con una temática que da para reflexionar y preguntarse ¿a qué le tienes miedo?
“Sí tengo miedo de que esa esperanza que la sociedad tiene, no llegue; es decir, la esperanza de que algún día podamos vivir en un México más en paz, empático e inclusivo no llegue, que esa justicia que tanto esperan, sobre todo las clases más desprotegidas, no les llegue por falta de recursos, medios y contactos, que es como se maneja la justicia aquí en México:
“Si tienes contacto con cierto grado de poder, entonces a lo mejor te puede llegar la justicia, si tienes dinero a lo mejor te llega la justicia, pero quienes no… de eso tengo miedo”, se sincera y detalla Noé Hernández.