LA COSTUMBRE DEL PODER: Futuro del Estado

13 de septiembre de 2012
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Gregorio Ortega

En ese momento se inició el desmantelamiento del Estado nacional, a manera de acotarlo a dos de las vertientes que le dan sustento, que lo justifican: el Estado represor, autoritario, y el Estado benefactor. Hoy, la realidad nos muestra que el proceso continúa, a efecto de hacer un corrimiento definitivo en los factores de poder, entregar la administración de los gobiernos a quienes supervisan que la globalización se transforme en paradigma del desarrollo, y el libre mercado en su instrumento.

El mundo, no nada más México, asiste impasible a las exequias del Estado benefactor. Podrá protestarse, ejercerse el derecho al pataleo y salir a la calle, pero es seguro que la reforma laboral va, porque su implementación está inscrita en la lógica de la posmodernidad y de la inserción del país en la globalización. Podrán hacerle adecuaciones, pero va.

Los resultados son predecibles, me extiendo en su explicación para responder a la inquietud de una lectora. Al perderse prestaciones y derechos, al desaparecer tácitamente la jubilación y la posibilidad del ahorro, los desfavorecidos por la reforma se desplazarán a la economía informal, donde serán sus propios jefes, donde tendrán la capacidad de determinar el porcentaje que destinarán a su muy personal afore, la manera de cuidarlo e invertirlo, en el intento de asegurar su vejez; buscarán las posibilidades de sustituir la ausencia del bienestar social, o determinarán perderse en la enfermedad, porque el mito de la cobertura universal en salud, pronto se hará público.

Al desplazarse a la economía informal, muchos mexicanos también optarán por la evasión impositiva, lo que modificará todo cálculo o previsión de la reforma fiscal, de allí que lo mejor será optar por el IVA generalizado y al 12 por ciento, porque los que más ganan continuarán pagando menos o casi nada, sin necesidad de violar la ley.

Al Estado nacional en México, a su administrador, a su gobierno, le pondrán delante -dado que la opción del bienestar como base de apoyo social desaparece- la tentación del autoritarismo.

A quienes no quieren ver los hechos que anuncian la transformación del Estado y las exequias del bienestar social, recomiendo la lectura de El mundo de ayer, de Stefan Zweig; de Confesiones de un burgués, de Sándor Márai, y El imperio perdido, de José María Pérez Gay. Hoy, somos testigos de la transformación total del mundo que conocimos.

“… fascinados como estábamos por aquel fragmento de vida, no caímos en la cuenta de que los cambios que se producían en el ámbito de lo estético no eran sino vibraciones y síntomas de otros, de un alcance mucho mayor, que habían de conmocionar y, finalmente, destruir el mundo de nuestros padres… Precisamente en la última década, la política irrumpió con ráfagas bruscas y violentas… el nuevo siglo exigía un nuevo orden, una nueva era”, dejó anotado Stefan Zweig.

QMex/gom

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