Juego de ojos
Educación, abrogación y el cuento de nunca acabar
La educación tiene que ver con el proyecto de estado que cada gobierno impone. La reforma educativa de Enrique Peña Nieto (EPN) calificada como acorde a sus concepciones ideológicas, se derogó la segunda semana de mayo, la de AMLO fue aprobada constitucionalmente el 15 de mayo y ese mismo día los maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) pidieron su abrogación sin que se haya puesto en vigor. Ni siquiera quieren dar tiempo de que sepamos cual puede ser su impacto. Nos imaginamos un siglo de reformas educativas y a los de la CNTE, nietos y bisnietos pidiendo sus respectivas desapariciones. Si hay datos que confirman que México está en el 102 nivel de 137 países en la educación general y en ciencias y matemáticas en el nivel 117 de esos mismos países, ¿qué está pasando en ese sector del país?, ¿es el proyecto educativo?, ¿es la mala preparación de los maestros? ¿es la poca aprehensión del educando en sectores pobres, mal alimentados, poco adictos al conocimiento, con niños que trabajan? Solo los expertos pueden decirlo y algunos de ellos participaron en la definición de ambas reformas. La primera fue puesta en práctica desde el mes de febrero de 2013, es decir, estuvo vigente seis años tres meses. Lo que más que se supo de ella fueron las conflictivas y obligatorias evaluaciones, reprobadas por muchos maestros, las sanciones que se aplicaron, las actas levantadas y el despido también, de muchos de ellos. En el lapso hubo todo tipo de manifestaciones, toma de sitios y protestas sin fin, algunas con represión. La sociedad estaba agobiada. Sobre los efectos en los destinatarios poco se sabe, ya que en lo que se insistió fue en su carácter laboral, el control de los maestros y sus plazas. Los datos mencionados arriba son de 2018 en los que, al parecer, no hubo ningún avance en la calificación internacional, con la de EPN.
La desigualdad económica, punto central de la desigualdad educativa
Organismos foráneos a los que pertenece México, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y locales como El Consejo Nacional de Evaluación de la política de Desarrollo Social (CONEVAL), ponen el acento en la profunda desigualdad económica que hay en México. Los que estuvieron al frente de la Secretaría de Educación en décadas pasadas, que aplicaron cambios al sistema educativo, hicieron abstracción de ese problema; de una clase política y privada alta, que educaba a sus hijos en los mejores colegios privados, muchos en el extranjero y la gran masa proletaria en las escuelas públicas casi siempre con grandes carencias físicas y didácticas y maestros mal pagados. Las diferencias geográficas y étnicas, si bien en algunos casos se mencionaban, no hubo proyectos específicos para esas zonas y comunidades. El contenido de sus sistemas estaba acorde con su concepción de estado. ¿Tendrá la CNTE -y algunos otros sectores desbalagados del SNTE-, una idea clara y diferente de lo que quieren o es la misma imitación de sus voces, de siempre?
Bernhard y la imitación de sus crueles voces, acordes a la realidad
En nuestro escrito anterior nos referimos al holandés Erasmo de Rotterdam, un brillante satírico que se elevó al Olimpo de los grandes. El también holandés Thomas Bernhard en algo lo heredó con sus voces breves, satíricas, crueles, en las que asienta a diversos y famosos personajes. La editorial Alfaguara ha retomado todas las obras de este escritor fallecido en 1989, a los 58 años , pero en especial El imitador de voces (Alfaguara 1999, reeditada por Aguilar, Altea y Taurus) en la que a través de 104 mini relatos, despliega un talento que apabulla a los minificionarios de ahora. Las pequeñas obras abordan todo tipo de cuestiones y escogimos Consecuencia, acerca de dos profesores de Graz que tienen decenios discutiendo, sin ponerse de acuerdo, sobre un tema filosófico, “que no solo los llevó a la ruina a ellos sino a sus familias”. Los polemistas involucran a un tercer profesor, empujado también a la ruina y a la locura, con el que demostraron que los temas filosóficos –y educativos al parecer–, no conducen a nada y en esa situación decidieron saltar la casa. Invirtieron el dinero que les quedaba en la dinamita necesaria. Como las tres familias de los profesores se encontraban en la casa, saltaron con ellos. Los familiares supervivientes decidieron presentar una demanda contra el Estado por considerarlo culpable de la situación, pero “no interpusieron esa demanda porque comprendieron una falta de sentido una demanda así”.