La nueva naturaleza del episcopado mexicano
CNDH. Las dos Rosarios en la misma lucha
Teresa Gil
Era natural que la oposición se lanzara violenta contra la posible reelección de Rosario Piedra Ibarra, en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). No solo por los extraordinarios antecedentes maternos que señalaron a sectores de derecha y a un sistema que generó muerte y desolación, sino por una exhaustiva labor en un país que dejaron extraviado en esos derechos. Curioso es que haya tantos que quieran encabezar una comisión tan copiosa en casos, 66 en total de los cuales fueron seleccionados 46 que cubren los requisitos. Pero como era de esperar, los opositores más señalados, como Ricardo Anaya, fueron los más duros enemigos contra la señora Piedra, cuando esos opositores han boicoteado la gran mayoría de ofertas planteadas a favor de la ciudadanía. Los derechos que rechazan en iniciativas y otras propuestas desde el panismo de Anaya, son los que ha defendido a lo largo de cinco años la todavía presidenta de la CNDH. Lo que más les ha molestado, es que Piedra no rechazó la reforma judicial. Los expedientes resueltos en ese organismo desde noviembre de 2019, son la patente clara de las grandes violaciones que se venían arrastrando, sobre todo en los dos sexenios del PAN y el ultimo del PRI. La decisión sobre la CNDH se sabrá el próximo 8 de noviembre. En tanto, recordaré el gran antecedente de su actual titular, en la persona de su madre la señora Rosario Ibarra de Piedra y dos documentales, uno premiado con Ariel, que la definen.
LA GRAN MUJER QUE ANTECEDE A ROSARIO PIEDRA, TITULAR DE LA CNDH
El segundo documental del videoasta Salvador Díaz Sánchez sobre Rosario Ibarra de Piedra, se llamó Ochenta Rosarios para Jesús. El primero, ganador del Ariel en 1983, fue Los encontraremos. El segundo se lo dedicó a los 80 años que acababa de cumplir la luchadora social quien fue galardonada con la medalla Belisario Domínguez. Ambos documentales son extraordinarios. En el del cumpleaños aparecen escenas de una Rosario llena de vida; hermosa, en plena juventud. en sus clases de danza en el norte. Con una familia llena de alegría y esperanzas para el futuro. Nadie auguraba la tragedia que se avecinaba. La desaparición de Jesús Piedra Ibarra se dio como consecuencia de la muerte de un policía en 1974. Se han dado desde entonces muchas pistas, hay quienes aseguran haberlo visto vivo en una cárcel militar, pero después la pista se perdió y solo quedó una lucha de cerca de 50 años en la que ha habido de todo: participación activa por los desaparecidos, perseguidos y exiliados, utilización de la política como candidata, para denunciar al país y al mundo, la situación que ha vivido nuestro México, en el que los más afectados sobre todo por la represión, han sido los jóvenes.
HISTORIADORES TRAJERON A LA ACTUALIDAD LA GUERRA SUCIA
La desaparición de Jesús Piedra Ibarra se inserta en la cruenta y represiva guerra sucia que escenificaron Gustavo Diaz Ordaz y Luis Echeverría. Las declaraciones del historiador Pedro Salmerón, al referirse a los jóvenes que al parecer participaron en la muerte del empresario Eugenio Garza Sada como jóvenes disidentes, causó la polémica en torno a la muerte de ese empresario presuntamente sacrificado por la guerrilla y por otra, la idea que se levanta en torno a la utilización del hecho de parte de Luis Echeverría, para ultimar al hombre de Nuevo León. AMLO encabezó un acto de perdón a las víctimas de la guerra sucia en una intención de ir limando circunstancias y abrir cauce a un cambio. Los gobiernos anteriores nunca se interesaron realmente en doña Rosario. Ella, ya como mujer mayor, mantuvo su postura de más de cuatro décadas en el organismo que formó con otras madres que también perdieron a sus hijos, Eureka. Ella sabía que su hijo como muchos otros, asumieron esa posición conducidos por un sistema injusto, represor, corrupto que se ensañaba sobre todo en los jóvenes. Su lucha y reivindicación de esa juventud agredida fue larga y a veces tortuosa por la incomprensión de los gobiernos; su voz fue dura. Fue víctima además de menosprecios y desalojos. Realizó huelgas de hambre y plantones. Ligada al partido trotskista PRT, fue candidata por primera vez a la presidencia en 1982 y de nuevo en 1988, cuando defendió el triunfo robado a Cuauhtémoc Cárdenas. Fue diputada y en 2006 senadora por el PRD
ROSARIO IBARRA, CUATRO VECES CANDIDATA AL NOBEL DE LA PAZ
Como gran personaje que fue, conocida en diversas partes del mundo, fue propuesta cuatro veces al Premio Nobel de la Paz: en 1986, 1987, 1989 y 2006. Pero una de las cosas que más la enorgullecían era la Biblioteca Popular que lleva su nombre en Naucalpan: Rosario Ibarra de Piedra. Fue una de las asesoras de Andrés Manuel López Obrador, que votó por ella para la presidencia. Se ha escrito mucho sobre ella. Yo le hice entrevistas y en una, que se negó a darme por lo que consideró razones obvias, yo le había preguntado que pensaba de los casos de mujeres que extinguían a sus hijos como un caso famoso que se ventilaba en esos días. Y ella me dijo abiertamente: Nosotros los buscamos vivos. Esa fue la madre de Rosario Piedra Ibarra.