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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de agosto (Quadratín México).- Desde ahora, los jóvenes que ni estudian ni trabajan, los llamados “ninis”, tienen un santo a quien encomendarse.
Sacerdotes católicos aprobaron que el primer santo mexicano, San Felipe de Jesús, misionero nacido en la Ciudad de México y martirizado en Japón en el Siglo XVI, sea el santo de los “ninis”, pues en su juventud “ni estudiaba, ni trabajaba”.
De acuerdo con el canónigo Luis Felipe García, el santo patrón de la capital del país y del Arzobispado de México, en sus años de juventud no tenía ocupación hasta que decidió convertirse en misionero.
El experto en la vida del santo y presbítero en la Basílica de Guadalupe explicó, en la página web de la Arquidiócesis de México, que San Felipe de Jesús “ni quería trabajar ni quería estudiar, por eso se fue a Filipinas de aventura”.
El sacerdote agregó que en el archipiélago de las siete mil islas, San Felipe tampoco halló sentido a su vida y sólo lo encontró junto a Dios, a quien descubrió al ver la pobreza de otras personas.
“Él dejó de ser un nini a través de la caridad, cuando descubrió que había otras personas que estaban peor que él, que había enfermos, gente pobre que no tenía para comer, y el sufrimiento de los demás lo conmovió y sólo así encontró un sentido a su vida al tratar de ayudar a los demás”, precisó el canónigo.
San Felipe de Jesús fue crucificado en Japón a los 24 años de edad.
Su nombre de pila fue Felipe de las Casas. Nació en la ciudad de México, en mayo del año 1572 de padres españoles.
El pasado 8 de julio, se cumplieron 150 años de su canonización por el papa Pío IX. Fue beatificado con sus compañeros misioneros el 14 de septiembre de 1627.
En Japón, donde fue martirizado y crucificado en la colina de los mártires de Nagasaki, existe una iglesia católica que corona el conjunto de construcciones dedicadas a San Felipe de Jesús.
QMex/bhr