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CIUDAD DE MÉXICO, 17 de enero de 2020.- Las personas sobrevivientes de la explosión de un ducto de Pemex ocurrida en Tlahuelilpan el 18 de enero de 2019, se enfrentan a una principal problemática: las víctimas eran el sostén de las familias.
En conferencia de prensa la mañana de este viernes, Diana Álvarez Maury, subsecretaria de Participación Social de Gobernación señaló que la tragedia dejó 137 muertos, de los cuales la mayoría estaba a la cabeza económica, lo que derivó en viudez y orfandad.
Al dar un recuento de las acciones que en conjunto llevaron a cabo el Gobierno federal y el estatal, Diana Álvarez indicó que se visitaron a las familias directamente en sus casas, así como en iglesias, escuelas y otros espacios públicos.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador exhortó a las comunidades cercanas a ductos de combustible a que no participen en este tipo de actividades, que más allá de su carácter delictivo representan un riesgo para la vida de las personas.
“Esto del huachicol es producto de la desatención, de no dar opciones, de no dar alternativas, desde luego manejado por un grupo de delincuentes pero con una base social”, explicó.
“Tenemos el compromiso de seguir atendiendo las causas de fondo, sobre todo la desatención, el abandono a la gente, a los pueblos, a las familias, a los jóvenes. Se fue creando con el paso del tiempo en esto del robo de combustible, en todo, una subcultura de informalidad, de ilegalidad, de buscarse la vida como fuese y al mismo tiempo arriesgar la vida para sobrevivir”, expresó.