Imperativo, estudio y reflexión sobre IA en la justicia: Guerra Álvarez
El sismo del 19 y la desaparición de los fondos para la reconstrucción.
Ahora resulta que los fondos nacionales y los apoyos económicos internacionales, para los damnificados y la reconstrucción de los edificios colapsados por el pasado sismo de septiembre, han desaparecido y no se aplican ni en la capital del país ni en los estados afectados. Pese a persistir la emergencia y permanecer en la calle miles de afectados que se quedaron sin nada, algunos medran económica y políticamente con su desgracia.
Así lo han denunciado, en marchas y diversas movilizaciones, los miles de damnificados en pie de lucha, y que pese a las resistencias y maniobras manipuladoras y distractoras de los gobiernos local y federal por desviar la atención, exigen su aparición y la aplicación transparente y expedita de estos recursos económicos.
En dicho sentido se han expresado instancias nacionales que luchan contra la corrupción imperante: “los apoyos del Gobierno federal para los afectados del sismo operan sin claridad”, ha advertido Jacqueline Peschard, quien preside el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción y ha dejado ver que los recursos manejados a través de Hacienda, Banobras y el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) se otorgan con opacidad y demora inexplicable.
«No sabemos si hay reglas claras muy concretas que se utilicen para las distintas fases, para que haya una adecuada planeación, que la reconstrucción sea abierta a todo mundo, a quién se contrató o cómo fluyó el recurso.
«Las organizaciones de la sociedad civil están viendo esa falta de coordinación y falta de claridad sobre cómo operan los distintos fondos, empezando por el dinero existente en el Fonden», lamentó la también académica universitaria.
El pasado domingo, cerca de cinco mil damnificados tomaron las calles para demandar “reconstrucción sí, deuda no”, ello debido a que el gobierno capitalino ya les advirtió que la reconstrucción será con base a créditos y no con los fondos ofrecidos por su misma administración y el gobierno federal. Los más afectados serán, así, aquellos que viven en zonas clase medieras, ubicadas en las delegaciones Benito Juárez y Cuauhtémoc, lo cual a todas luces es un verdadero despropósito si se toma en cuenta que esas familias ya perdieron todo, algunos hasta los empleos por ir a rescatar a los suyos y sus pertenencias de entre los escombros.
El número de inmuebles dañados por el pasado sismo se ha incrementado conforme se dan los peritajes. Así, hasta el pasado domingo ascendía ya a mil 590, tan sólo en la Ciudad de México, construcciones en su mayoría de uso habitacional que deben ser demolidas debido a los severos daños registrados, motivo por el cual sus habitantes demandan el apoyo económico prometido por las autoridades federales y locales para demoler y posteriormente reconstruir, y que ahora quieren condicionarlo a créditos.
Valdría la pena recordar que muchos de estos inmuebles se desplomaron por la colusión monstruosa existente entre autoridades locales (delegacionales y capitalina) por la violación de todas las normas de construcción vigentes, desde el uso del suelo al aumentarle más pisos de los permitidos hasta materiales de mala calidad y sin las especificaciones correspondientes.
Así en la Benito Juárez –delegación que ha sido señalada como en la que más irregularidades se han cometido a lo largo de los mandatos panistas– son 23 los inmuebles a derribar ya sea porque se colapsaron o porque quedaron con daños estructurales y posteriormente deberán reconstruirse con apoyo de la iniciativa privada, según lo advierte el delegado de dicha demarcación, Christian von Roehrich. En tanto que en la Cuauhtémoc por lo menos 16 inmuebles ameritan demolición como Génova 33 y Hamburgo 112, entre otros. Todos, claro, a cuenta de los mismos damnificados a través de créditos.
Olvidados por muchos, menos por quienes los miran como botín y bandera política, los damnificados tratan de mantenerse en pie de lucha, pese a que varios de ellos son personas de la tercera edad y habían depositado todos sus ahorros en la compra de un condominio o una casita de interés social, y ahora la administración de Miguel Ángel Mancera pretende volverlos a endeudar con más créditos que resultarían impagables con sus mermadas pensiones.
Y mientras tanto, desde la otra esquina –ya en la lucha por la ciudad capital, el ombligo del país y sede de todos los poderes—Claudia Sheinbaum, recientemente ratificada como la candidata de Morena para contender por la capital del país, lanza la advertencia de que se reconstruirá y edificará sin créditos, puesto que hay recursos y fondos para apoyarlos y no clavarlos con más deudas.
Los meses pasan y la tragedia de los damnificados aumenta, a la vez que afloran, desde los escombros, más corruptelas. Reforma, diario de circulación nacional, denuncia que: “El Gobierno capitalino tiene datos falsos sobre los inmuebles que ha intervenido con recursos públicos para recuperarlos tras el sismo del 19 de septiembre”. Así indagó en diversas delegaciones, tales como Benito Juárez Cuauhtémoc Iztapalapa Coyoacán y Xochimilco, donde supuestamente habían sido intervenidos y recibieron la clasificación de semáforo rasa y “en todos se documentaron inconsistencias respecto a lo que muestra la Plataforma CDMX”.
En su muestro, el diario descubrió que los inmuebles recuperados no recibieron recursos fueron y arreglados por los propios habitantes, tampoco fueron revisados o el edificio registrado no existe. Recordemos también que en otra denuncia periodística se develó que sólo tres de los 150 edificios colapsados tenían en orden sus papales y registros de construcción, los demás se vinieron abajo ocultando toda la corrupción imperante en su edificación.
Y ahora quieren reconstruir a costa de los damnificados endeudándolos con créditos que nunca podrán cubrir, pues en la opacidad se mantiene el destino de los recursos aportados y los fondos prometidos.
¿Qué más veremos en torno a las secuelas del #S19 y los vivos que quieren medrar con la desgracia ajena?