
Plantea Monreal promover elección judicial sin vulnerar normas
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de septiembre de 2017.- Era la una de la tarde y la sesión en la Cámara de Diputados se desarrollaba de manera normal. Apenas un par de horas habían transcurrido del simulacro realizado para evitar accidentes en caso de un sismo. Sin embargo en el momento de la verdad los protocolos quedaron atrás, la alarma se activó, la gente sintió pánico y salió huyendo. Lo mismo hicieron diputadas, diputados, funcionarios y personal en general. Nadie hacía caso de los llamados al orden y tranquilidad que hacía un angustiado presidente.
Corrían en diferentes direcciones. Por un momento las jerarquías quedaron atrás y se cruzaban las miradas angustiadas. Se desprendieron materiales de construcción de los muros. Tronaban las estructuras de los edificios y caían materiales de construcción -como rocas- a pesar de que tienen malla los muros precisamente para proteger.
Evidentemente no se siguieron protocolos. Hubo pánico y muchas personas en crisis. Al menos una desmayada en el patio central.
El sonido de las estructuras y el desprendimiento y consecuente caída de materiales crearon un pánico generalizado. Se veía inminente el derrumbe de los edificios… afortunadamente no pasó… pero la adrenalina alcanzó a correr en grandes cantidades, alertando para la supervivencia.
En la puerta 8 estaba -solo- el coordinador parlamentario del PRD, decolorado e instalado en un amarillo verdoso, desencajado, asustado. Expresión semejante tenían otros.
Al final saldo blanco. La Cámara suspendió todos los trabajos de este martes, del miércoles y jueves.
Al estilo de «El longe moco» un legislador calificó el temblor como ¡horrible! y para otro fue «el más perro de su vida».