Periodistas deben ser influencers de sus audiencias: Juan Pablo de Leo
CIUDAD DE MÉXICO, 31 de julio de 2024.- En poco menos de dos meses, Jorge Renán Solís Fernández cumplirá seis años encarcelado en una sobrepoblada prisión de la India, sin cargos que se le comprobaran fue recluido el 25 de septiembre de 2018, en la ciudad de Indore, se trata de un caso que involucra a un mexicano y bien pudiera escalar a un conflicto diplomático al registrar graves violaciones a los derechos humanos, extorsión y hasta tortura.
En visita la Ciudad de México, su padre, Jorge Renán Solís Marín, clama por intervención de las autoridades y en entrevista con Quadratín México busca hacer eco de lo que considera un caso de injusticia internacional, pues si bien el cónsul de la Embajada de México en la India, Diego Pérez Ramos, ha intervenido y la Cancillería mexicana está enterada, no han hecho nada para salvaguardar los derechos del connacional preso en el extranjero.
Va a cumplir seis años que fue detenido mientras estaba en un centro comercial en la ciudad de Indore, en la India, cuando realizó un viaje de negocios para buscar insumos de medicina, ayurveda”, que es el sistema médico tradicional de aquel país, cuenta a esta agencia de noticias sobre la arbitraria detención por agentes vestidos de civiles que luego se identificaron como miembros del Directorate of Revenue Intelligence ed Indore (DRI).
El caso de este mexicano encarcelado en un país extranjero se encuentra plagado de irregularidades y graves violaciones a los derechos humanos, denuncia Jorge Renán: “en ningún momento desde su detención tuvo un traductor ni lo presentaron ante un juez en las primeras 24 horas. Lo llevaron a una cárcel con capacidad para 200 personas, pero son una sobrepoblación de dos mil reos”.
En un acto de desesperación, a Jorge no le quedó de otra más que idear por su supervivencia y se declaró en huelga de hambre con la finalidad de llamar la atención de las autoridades, sobre todo a la representación diplomática en aquel país asiático, que de acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción del sector público, la India se posiciona en el lugar 85 del ranking formado por 180 países.
Cuando el cónsul lo fue a ver a la penitenciaría, le dijo: ‘Jorge, yo te he estado mandando comunicados y no me los has contestado’ y en ese momento la directora de la cárcel sacó de su cajón un número de comunicados que el cónsul le había enviado, pero que no se los habían entregado. El cónsul le llamó fuertemente la atención a la directora al indicarle que eso que estaba haciendo representaba una vulneración a los derechos del mexicano e iba a tomar nota de ello y fue entonces cuando empezamos a tener contacto con él”, narra Solís Marín.
A lo largo de este tiempo, la familia Solís Marín y Solís Fernández han vivido bajo el yugo de la extorsión y la amenaza. Si bien en el año que sucedió la detención de Jorge, un exoficial indio encargado del DRI, Sameer Wankhede y algunos de sus cómplices, solicitaron la cantidad de 500 mil dólares, luego les advirtieron que no debían viajar a la India para no correr con la misma suerte que Jorge Renán.
Con la valentía de buscar la liberación de su hijo, su padre denuncia que las audiencias en la que Jorge se ha intentado defender están plagadas de corrupción e irregularidades. Fue hasta el cuarto año preso cuando en una audiencia le llevaron por primera vez a un intérprete y estuvo presente el cónsul Diego Pérez.
Fue muy curioso lo que pasó porque los policías que estaban ahí y el abogado de la policía se acercaron al intérprete y le dijo algo al oído. El traductor hizo un gesto y le dijo a Jorge: me están pidiendo que te haga daño y yo no te puedo hacer daño y se salió de la Corte. El abogado salió detrás del intérprete y le dijo: espera, es broma”, detalla sobre la audiencia con las autoridades de la India.
Jorge fue sentenciado a 20 años de prisión sin que a la fecha se le comprueben cargos por los delitos que supuestamente cometió: “allá todo se maneja en hindi, no en inglés; son jeroglíficos y el cónsul, como autoridad de la embajada dio fe de ello y nos dio una carta donde dice que no se le entienden. ¿Cómo es posible que lo tengan sentenciado a 20 años con una hoja de cargos sin cargos?”, cuestiona el señor Jorge y entregó una copia con rúbrica del cónsul Diego Pérez Ramos, fechada en Nueva Delhi, India, el 24 de junio de 2024.
En la Secretaría de Relaciones Exteriores estuvimos con ellos, lo único que nos dijeron es que nos iban a acompañar durante todo el proceso, que el camino que estábamos siguiendo, tenemos un abogado allá y aquí de México, que era el adecuado pero ellos no podían intervenir por nosotros para hacer que esto se llevara a un nivel diplomático y a través de la Cancillería de México lo atendiera con la India para darle un nivel de importancia que merece. Nos dejaron en las mismas circunstancias con lo que fuimos”, lo cual considera es una falta de respuesta e intervención de las autoridades mexicanas.
En la Fiscalía General de la República (FGR) fue la misma situación, pues comenta que tomaron nota de todo el caso, “nos dieron copias y dejamos pasar un tiempo perentorio en el cual no tuvimos noticias de ellos y de ahí empezamos con la idea de hacer mediático el caso, acudir con los medios en búsqueda de ayuda y hacer sonar el caso”, implora el señor Jorge Renán.
Definitivamente confía en que a través de los medios de comunicación se pueda ejercer algo de presión social y volver a reunir al Jorge que dejó, cuando lo tomaron preso, a una bebé de cuatro meses y una niña de cuatro años de edad, quienes ahora en día tienen 10 años la mayor y cuatro años la más pequeña, porque acababa de nacer prácticamente.
Cuando acudió a la Cancillería de México, el señor Jorge Renán asegura que mostraron mucho interés: “saben del caso porque cuando llegamos a la Secretaría de Relaciones Exteriores, ellos sacaron el expediente de Jorge y mencionaron todas las cartas que el cónsul le había enviado a Jorge, con fecha y hora, las llamadas que le habían hecho a Jorge desde la Embajada en la India. Cuando yo fui a exponer el caso ya sabían ellos de qué se trataba, por lo cual más me extrañó que no hubieran hecho nada”.