Imperativo, estudio y reflexión sobre IA en la justicia: Guerra Álvarez
*INE, olor a pago
La credibilidad de los mexicanos en sus instituciones ha ido en picada. Primero, nos dieron señales de que la PGR actúa para satisfacer intereses electorales y para otorgar perdón a los buenos amigos… de lo ajeno. Han sido poco cuidadosos de que se note a simple vista, lo que quiere decir que ya no importa si las actitudes cínicas brillan demasiado.
Por más que gente de diferentes estratos, intelectuales, artistas, periodistas y otros, solicitaron a la cúpula gubernamental sacar las manos del proceso electoral que vivimos, y que actúe ya, en contra de Ricardo Anaya, acusado de diversos delitos o lo deje en paz para que se dedique a su quehacer de promover su candidatura a la Presidencia de la República, hay absoluta sordera.
No hay misericordia en las frías decisiones de quien ordena estos procederes, ni en quien los ejecuta, quizá con la única idea de quedar bien. Hay órdenes que deben cumplir quienes las reciben, como si fueran soldados a quienes ordenan tirar a matar y lo hacen, sin importar contra quién disparan. Esto ha acarreado un descrédito inmenso para las dependencias que así actúan.
Otra institución que se suma a actuaciones similares es el INE, que más bien debería estar empeñado, en este momento de efervescencia política, en hacer ver a los mexicanos que es digno de su confianza. Pero actúa exactamente al revés, al punto de que ahora se sabe que la desconfianza que ha engendrado en los ciudadanos es casi de 70 por ciento. Casi nada.
Desde que en una llamada telefónica, su consejero presidente se expresó de manera discriminatoria de las comunidades indígenas, dejó en el ánimo de los mexicanos un sentimiento de rechazo generalizado. Debe creer que proviene de príncipes europeos y que su linaje tan distinguido, no le permite ver con ojos de aceptación a los descendientes de la raza que pobló este suelo en sus orígenes.
Ahora, con la aceptación de aspirantes a candidatos independientes a diversos cargos de elección popular, principalmente a los que ofrecen una alternativa diferente a la de los partidos para ocupar la Presidencia del país, los consejeros de dicha institución se han ensañado.
No han reparado en filtrar información que falsea la verdad, al apuntar que son tramposos y que fallaron al presentar credenciales apócrifas a las que copiaron los datos y les sustituyeron la fotografía y las firmas. Eso da mucho más trabajo, que hacerlo por la derecha.
En el caso de Ríos Píter, le anularon casi un millón de firmas, para dejarlo fuera de la competencia, tal vez con la idea de que son tantas, que es imposible alegar que en realidad, la trampa fue del INE.
No conformes con eso, también filtraron información en el sentido de que se negó a hacer uso de su derecho de Audiencia, aun cuando acudió puntualmente, acompañado de su esposa. Los que nos dedicamos al quehacer del periodismo, sabemos cuándo hay dinero de por medio, que se reparte para insistir en un hecho que las instituciones o los políticos desean se dé por cierto.
Pero aún más: muchos medios han dicho, con fuerte y nauseabundo olor a mentira pagada, que el político guerrerense abandonará su propósito de convertirse en candidato independiente y regresará al senado para continuar con el goce de sus prerrogativas de fuero constitucional y dieta.
Todo esto, aún con la insistencia del senador, de que no abandonará por ningún concepto su lucha porque las autoridades electorales le reconozcan que no incurrió en ninguna falta y que su deseo es llegar a la candidatura independiente, más no regresar al Senado.
Todo esto, con la única finalidad de dañar su imagen y mostrar como verdad una mentira empecinada en evitar que el político aparezca en la boleta electoral. ¿A quién beneficia la actitud de la institución dizque autónoma, que de autonomía tiene lo que un servidor de astronauta o sacerdote?