Visión financiera
La peregrinación hacia el Tepeyac es un acto de fe y confianza en la seguridad espiritual y terrenal.
Quienes recorren decenas de kilómetros, a pie, bicicletas o camiones, llevan a la Basílica de Guadalupe sus preocupaciones y agradecimientos más cotidianos: la enfermedad de una persona querida, un trabajo perdido, la salud recuperada o los bienes recibidos. La Guadalupana les ofrece un refugio espiritual.
Ellas y ellos confían en sus rezos. En su ruta despliegan valores centrales de convivencia, como el respeto, empatía, solidaridad, amabilidad, fortalecidos en un operativo de seguridad garante de su tranquilidad terrena ante accidentes, robos o extravíos.
Los 12 millones de visitantes esperados tan solo entre el 6 y el 15 de diciembre —muy cercano a los 14.4 millones de visitantes a la Basílica de San Pedro, aunque en El Vaticano es en todo el año— representan un desafío logístico. ¿Cómo proteger al turismo religioso en un entorno donde el fervor se mezcla con los riesgos?
El operativo de seguridad, instruido por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, asociado con este evento es uno de los más grandes del año, con más de 11 mil servidores públicos, entre ellos 6 mil policías, así como un apoyo significativo desde las alturas: la tecnología de las cámaras de videovigilancia.
Son más de 200 dispositivos fijos ubicados estratégicamente a lo largo de Calzada de Guadalupe, la ruta de acceso de todas las peregrinaciones, y en las inmediaciones del Templo Mariano, para contribuir, de manera prácticamente silenciosa, en la detección de situaciones de riesgo.
El Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México dispuso, como el año pasado, de dos unidades móviles equipadas con mástiles telescópicos de 13 metros de altura para mejor visibilidad de los equipos con visión de 360 grados.
Su centro de monitoreo, al interior de los llamados C2M, representa la oportunidad de inhibir oportunamente un delito detectado, evitar riñas, infracciones cívicas o contribuir a la localización de personas extraviadas, principalmente niñas, niños y adultas mayores.
En diciembre de 2023, en el perímetro correspondiente a la Basílica y la Calzada, el sistema de videovigilancia apoyó en la atención de 13 mil reportes, en situaciones que fueron desde agresiones verbales, accidentes viales —colisiones o atropellamientos— hasta problemas de hipotensión por ayuno, ya sea deshidratación o hipoglucemia.
Las cámaras son una herramienta poderosa, pero su efectividad depende de un sistema más amplio que incluye a la ciudadanía, autoridades e instituciones religiosas. Las peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe son un recordatorio de la importancia de la protección tanto divina como terrenal.