Persiste ánimo de inversión en México y Estados Unidos: Intercam Banco
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de agosto de 2024.- La revolución de la Inteligencia Artificial (IA) no hará más que aumentar la brecha entre los países de altos ingresos y los de bajos ingresos, a menos que se tomen medidas internacionales de cooperación, advierte un nuevo informe de la OIT y la Oficina del Enviado del Secretario General de las Naciones Unidas para la Tecnología.
El portal de la OIT refiere que el informe, titulado Mind the AI Divide: Shaping a Global Perspective on the Future of Work, concluye que la IA está revolucionando las industrias en todo el mundo, ofreciendo enormes oportunidades para la innovación y la productividad. Sin embargo, también está exacerbando las desigualdades económicas y sociales debido a las tasas desiguales de inversión, adopción y uso. Esta emergente «brecha de la IA» significa que las naciones de altos ingresos se benefician desproporcionadamente de los avances de la IA, mientras que los países de ingresos bajos y medios, especialmente en África, se quedan atrás.
El lugar de trabajo es donde la Inteligencia Artificial puede conducir a aumentos de productividad y a la mejora de las condiciones laborales. Sin embargo, un acceso desigual a las infraestructuras, la tecnología, la educación de calidad y la formación podría conducir a una adopción desigual de la IA, lo que, a su vez, agravaría las desigualdades a nivel mundial.
Los países de renta alta están bien posicionados para aprovechar la IA para aumentar la productividad, mientras que los países en desarrollo podrían enfrentarse a cuellos de botella debido a la falta de infraestructura digital. Esta disparidad podría convertir un amortiguador temporal contra los cambios impulsados por la IA en un obstáculo a largo plazo para la prosperidad económica.
Las asociaciones mundiales y las estrategias proactivas para apoyar a los países en desarrollo, incluido el acceso a la infraestructura digital, la mejora de las cualificaciones y el diálogo social, son requisitos previos necesarios para cerrar la brecha tecnológica y garantizar que la revolución de la IA no deje atrás a partes significativas de la población mundial.
Cada año se gastan en el mundo más de 300.000 millones de dólares en tecnología para mejorar la capacidad de cálculo, pero estas inversiones se centran principalmente en los países con mayores ingresos, lo que crea una disparidad en el acceso a la infraestructura y el desarrollo de habilidades que pone en grave desventaja a los países en desarrollo y a sus nuevas empresas nacionales.
Además, sin industrias tecnológicas nacionales, los trabajadores de los países en desarrollo que tengan las competencias necesarias ofrecerán sus conocimientos a través de plataformas de trabajadores autónomos, creando de hecho empresas en otros países, lo que supone una fuga de cerebros virtual.
El informe también señala que las mujeres son las más vulnerables a los efectos automatizadores de la IA, sobre todo en las funciones administrativas y de externalización de procesos empresariales, como los centros de llamadas, frecuentes en las economías en desarrollo. Sin embargo, la investigación sugiere que, si bien la automatización corre el riesgo de desplazar puestos de trabajo, también ofrece la posibilidad de aumentarlos, mejorando la calidad del empleo y la productividad.
El informe propone tres pilares políticos: reforzar la cooperación internacional, crear capacidad nacional y abordar la IA en el mundo laboral. Esto incluye:
Mejorar la infraestructura digital: Los países en desarrollo necesitan una infraestructura digital sólida para apoyar la adopción de la IA. Esto incluye el acceso a la electricidad, la banda ancha y las modernas tecnologías de la comunicación.
Promover la transferencia de tecnología: Los países de altos ingresos deben ayudar en la transferencia de tecnologías y conocimientos de IA a las naciones en desarrollo, fomentando un entorno de colaboración para el avance tecnológico.
Desarrollar las competencias en IA: La inversión en educación y formación es crucial para dotar a la mano de obra de las habilidades de IA necesarias. Esto permitirá a los trabajadores adaptarse y beneficiarse de los cambios impulsados por la IA.
Fomentar el diálogo social: La integración efectiva de la IA en los lugares de trabajo requiere diálogo social para garantizar que los avances tecnológicos respeten los derechos de los trabajadores y mejoren la calidad del empleo.
El informe «Mind the AI Divide» también hace un llamamiento a los responsables políticos, los líderes de la industria y las organizaciones internacionales para que colaboren en la configuración de un futuro justo e inclusivo impulsado por la IA.