Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
El conflicto perredista tiene un fin previsible:
Quedará como coordinador en el Senado de la República, en sustitución de Miguel Barbosa, quien determine la cúpula perredista.
Eso sí, en acuerdo con la fracción del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Esto significará una salida con rasgos democráticos y de entendimiento entre las distintas tribus amarillas, pues al final de cuentas tanto la Cámara de Diputados como el Senado son espejo de su ahora devastada organización.
Esa será la primera ganancia de un conflicto desatado con la incorporación de Barbosa a la campaña de Andrés Manuel López en abierta traición a su partido, el PRD.
El segundo fruto será la inminente cernida de las estructuras perredistas para intentar reorganizar esa fuerza política y rescatar cuanto se pueda para las elecciones de 2017 y 2017.
Pero el beneficio para la sociedad será ventilar cómo se manejan no nada más el Congreso de la Unión –la Cámara de Diputados y el Senado de la República- sino también los congresos locales.
Porque cuanto sucede a nivel federal se reproduce en los poderes legislativos estatales.
Comercio de posiciones vía partidos
Aquí adelantamos una acción del senador sinaloense Manuel Cárdenas Fonseca.
Presentó un escrito al auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, para pedirle investigar los recursos destinados a las fracciones parlamentarias.
El no da cifra, pero aquí informamos el monto aproximado: anualmente se reparten más de tres mil millones de pesos de manera discresional y sin justificar destino.
Cárdenas Fonseca pide a la Auditoría Superior de la Federación (ASF):
“…confirmar que los recursos a los grupos parlamentarios se otorguen de acuerdo a su número real de integrantes y no bajo esquemas de simulación y de evasión a lo que señala la normatividad respectiva”.
La Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos es “una norma que no refleja la realidad política de nuestro país, ni la composición de las cámaras y que sólo ha dado paso a la simulación y a la ilegalidad…”.
Agrega:
“Los grupos parlamentarios se han convertido en clubes que venden membrecías legislativas con el propósito de crear estados de excepción para obtener recursos, prebendas, posiciones y representaciones en la cámara que no corresponden a su verdadera representación y que acaban pervirtiendo la equidad y la representación adecuada…”.
El artículo 72 de esa Ley Orgánica, recuerda Cárdenas Fonseca, ordena que “sólo los senadores de la misma afiliación de partido podrán integrar un grupo parlamentario”.
Pero no es así, como lo prueba ahora la composición del grupo del PRD:
“…algunos son miembros ya de otros partidos, otros se han declarado abiertamente independientes, pero sin embargo todos siguen gozando de los privilegios de pertenecer a un grupo parlamentario aunque se haga de manera ilegal”.
El tema ya está donde debe, pero el auditor Juan Manuel Portal nos debe resultados de su investigación y, sobre todo, acciones para acabar con esos desvíos y privilegios.
Hieren al gallo de Lorenzo Córdova
Está herido de muerte un gallo del presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, para ser nominado consejero por la Cámara de Diputados.
Es Ramón Hernández Reyes, presidente del Instituto Electoral de Michoacán (IEM) y sobre quien pesan varias acusaciones.
Una de ellas fue haberse autoliquidado en 2014 con 700 mil pesos y auto otorgarse seis meses de sueldo en bonos… para luego seguir como presidente.
El IEM está en crisis, sobre todo financiera, y su asunto ha llegado a la Auditoría Superior de Michoacán, donde se analiza su inhabilitación.
Sí, la inhabilitación del favorito de Lorenzo Córdova.