Cuestión de Confianza/Salvador Guerrero Chiprés

García Luna: las preguntas para el PAN

La relación entre servidores públicos y el crimen organizado es una variable que los propios panistas intentaron atribuir durante años a los gobiernos distintos de Acción Nacional.

Ahora que ha sido detenido en Texas un ex secretario de Estado del sexenio 2006-2012, periodo en el cual la principal figura declaró una guerra al narcotráfico, los adversarios del régimen actual tendrán una oportunidad de probar con argumentos y evidencias la difícil cuestión de si la detención no es legítima.

Más aún, podrán mostrar la consistencia de sus argumentos, especialmente en relación con aquellos a quienes reclaman –en Morena– una consistencia ética, operativa y programática.

Es una oportunidad para hacerse preguntas.

Entre ellas, ¿qué debe ser primero, un operativo o un montaje?

La respuesta depende del objetivo en mente, si lo que se quiere es evidenciar la detención de una secuestradora francesa y convertirla en un spot que dé la vuelta al mundo, es probable que primero haya sido diseñada la producción.

Su creador, Genaro García Luna, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal durante el sexenio de Felipe Calderón, ya acumulaba varios señalamientos e incluso denuncias por su supuesta colaboración con el crimen organizado antes de ser detenido ayer por la justicia de Estados Unidos.

La más antigua data de diciembre de 2005, cuando el subprocurador apodado Zar Antidrogas de México, José Luis Santiago Vasconcelos, dijo que había elementos de la AFI, dirigida entonces por García Luna, que protegían a los Beltrán Leyva. En marzo de 2013, la CNDH denunció penalmente a 21 exfuncionarios –García Luna es uno de ellos– por el operativo en que se detuvo a Florence Cassez.

En marzo de 2014, la fracción del PRD en la Cámara de Diputados denunció ante la PGR a García Luna por dar por cierta, cuatro años antes, la muerte del líder de La Familia Michoacana, Nazario Moreno El Chayo.

Una trayectoria salpicada de episodios y escándalos que curiosamente no impidieron su avance en la administración pública.

La detención en Dallas demuestra, por lo menos, que al ex mandatario panista que fue su jefe le es más fácil criticar la presunta ausencia de claridad programática contra el narcotráfico que adherirse a la lucha contra la corrupción –solía ser una bandera panista hasta 2012–  que involucre a su gobierno.

Que las autoridades detengan a un titular de Seguridad Publica Federal, ¿es una novedad relevante o debe el panismo minimizarla? La probabilidad de ser responsable de recibir sobornos de narcotraficantes de Sinaloa, ¿es menos urgente que vociferar respecto de la decisión del 17 de octubre de interrumpir el operativo contra el hijo de El Chapo?

En los operativos reales y dirigidos al blanco suelen pesar más, y primero, los operadores.

La detención de este martes es un evento policial y jurídico que se resolverá ante un juez pero por lo pronto implica una detención que corrobora al régimen que la realiza, así como al que ya anunció que pedirá la extradición. Hay colaboración.

La decisión debatible pero en muchas entidades aun defendida de que la guerra contra el narcotráfico era mejor que no hacer nada, está parcialmente coordinada, supervisada y alimentada por información e insumos proporcionados por una autoridad que podría ser responsable de recibir sobornos de uno de los dos principales cárteles que tienen operación global desde México.

En el otro caso, donde se critica que no hay definiciones respecto del crimen organizado por lo que revelan las detenciones de personas probablemente responsables de corrupción, incluido García Luna, hay una determinación verificable con independencia de la falta de precisiones programáticas en el tema del narcotráfico.

@guerrerochipres