De norte a sur/Abigail A. Correa Cisneros
Les lloramos y festejamos, recordamos y en la nostalgia quisiéramos tenerles de nuevo. Les llevamos flores de cempasúchil, su comida y bebida favorita, su música predilecta. El 1 y 2 de noviembre es el momento para el reencuentro.
Tan sólo en la Ciudad de México se esperan unas 400 mil personas en los 120 panteones, principalmente de las alcaldías Milpa Alta, con su tradicional Mixquic, Iztapalapa o Tláhuac.
Y junto con todos los preparativos para la visita a nuestros muertos es recomendable hacer un espacio para la prevención, considerar medidas que permitan cuidarnos de los muy vivos o reencontrarnos en el extravío terrenal.
Lamentablemente aún hay quienes aprovechan los tumultos para pasarse de vivos y sustraer carteras o celulares. La policía desplegará un operativo especial para mantener la vigilancia en y alrededor de los camposantos; desde lo personal podemos contribuir.
Es recomendable llevar las pertenencias en bolsas con cierre, en los bolsillos delanteros del pantalón y únicamente lo indispensable, ya sea de dinero en efectivo o en tarjetas bancarias.
Mantenerse alerta del entorno permite anticiparse a los movimientos de personas sospechosas y, si es necesario, en los postes o tótems de las cámaras de videovigilancia del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) hay botones de auxilio.
Las y los operadores responden en menos de 10 segundos a la alerta, preguntan qué sucedió e informan a policías en el lugar para acudir en apoyo o realizar la búsqueda de cualquier sospechoso.
En casos de extravío, por medio de esos mismos dispositivos se puede solicitar el voceo de la persona perdida. Los postes cuentan con un sistema de altavoces activados ante el reporte de desaparición, además se realiza un monitoreo de las cámaras cercanas.
La tecnología fortalece la seguridad y la intervención ciudadana amplía las oportunidades de construir entornos seguros en todas las circunstancias.
Podemos celebrar a los muertos y cuidarnos de quienes se creen muy vivos.