En las nubes/Carlos Ravelo Galindo

José Fouché (dos y fin)

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Los enviados a Lyon para calmar a los rebeldes fueron: Colliot d’ Herbais del que circula la leyenda de que por haber recibido una rechifla como actor en Lyon, es el

Fouché es llamado para rendir cuentas sobre las matanzas de Lyon. A su regreso se da cuenta que Robespierre mando a la guillotina a varios diputados incluso a Danton uno de los héroes de la revolución. Fouche temía así que por su vida así que por medio del miedo hace que el resto de los diputados sintieran el mismo miedo y así destruir a Robespierre, así comenzó   Fue el más fino trabajo de conspiración e intriga al visitar y eliminar a aquellos que significaron un obstáculo para sus fines.

Desapareció a cada uno de los diputados, haciéndoles creer que sus nombres estaban incluidos en la lista de la depuración que llevaría a cabo Robespierre.

Después de crear un ambiente de terror y de paranoia, se unió a los moderados  para provocar el golpe de estado de Termidor de 1794, logro reunir los votos para ejecutar a Robespierre.

Maestro en la traición, Fouché supo siempre aprovechar las ocasiones que se le presentaron para demostrar sus grandes habilidades de conspirador  y eliminar a aquellos se oponían  a sus fines.

Fouché sale de la política un tiempo durante el cual vuelve a conocer la pobreza.

Dejo de ser conocido, pero como todo grande de la política, regresó como jefe de la policía en París donde se desempeñó excelentemente. Lo sabía todo, y llego a tener el control total de la ciudad.

Este puesto lo puso en contacto con la gente adinerada, con la nobleza y con el clero y le dio la oportunidad de descubrir el poder del dinero.

Conocía muy bien la ambición de Napoleón quien al principio lo dejo en una sala por horas sin recibirlo.  Fouché  decide ayudarlo a proclamarse emperador a cambio de ser nombrado senador y obtener riquísimos donativos.

Da muestran de habilidad durante el 18 brumario y durante el tercer estado.

Fouché fue una gran herramienta para los propósitos de Napoleón  ya que estaba informado de todo lo que pasaba dentro de Francia. Napoleón no confiaba en Fouché, así que Fouché decide retirarse con gran temor.

Y lo inesperado: Napoleón decide darle un cargo aunque no quería tenerlo cerca y pensar que Fouché tramara algo en su  contra .Lo nombra Duque de Otrando. (Seudónimo que en Excélsior de don Manuel Becerra Acosta utilizó Carlos González López Negrete para su columna “Los trescientos y algunos más”, que se publicaba en sociales).

Después de mucho tiempo que Fouché sirvió a Napoleón, Fouché vence a Napoleón y deja entrar a Luis XIII. Y  como era de esperar se vino en contra de todos sus enemigos  matándolos o haciéndolos sufrir.

Fouché comete ese error en tanto Napoleón pierde la batalla de Waterloo, decide dejar entrar a Luis XVIII para restaurar la monarquía  y le da el puesto de ministro de la corona.

El error que comete al aceptar el puesto de ministro de la corona, provocó un horror dentro del gabinete. Napoleón regresa y lo destierra.

Fouché dijo que esto fue peor que un crimen, fue una equivocación que culmino en su destierro definitivo que lo llevo a la muerte en Trieste el 26 de diciembre de 1820 como ya mencionamos anteriormente.

El doctor Calderón Ramírez de Aguilar saca en conclusión inmediata que en la vida real y verdadera, en el radio de acción de la política, determinan rara vez las figuras superiores, los hombres de puras ideas.

La verdadera eficacia está en manos de otros hombres inferiores, aunque más hábiles en las figuras de segundo término. En el cual nos dice en otras palabras que la imagen del hombre famoso o carismático no es el genio sino el hombre detrás de él quien le dice que hacer y las ideas. Las personas detrás del político son el factor de inteligencia y cómo un hombre con un carácter indescriptible puede actuar de esa manera sin ser tocado por mucho tiempo.

Lo que le toma por sorpresa y al final pierde y  reacciona y dice que la equivocación es peor que un crimen.

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