Niños devorados por la violencia
La capital quebrada por la violencia y la inseguridad
Muchos serán los retos y desafíos que deberá enfrentar el próximo gobierno capitalino, pero sin duda alguna los que más lastiman y flagelan a los millones de chilangos son la inseguridad y la violencia, perpetrada por el crimen organizado y la delincuencia común.
Reportes periodísticos revelan que diariamente se denuncian cerca de 300 delitos que van del asalto a mano armada al robo con violencia en negocios y casas habitación. De igual manera la presencia de al menos siete mini cárteles, apoyados por las grandes y poderosas agrupaciones de narcos, se disputan el trasiego y mercado de estupefacientes en la megalópolis.
Escenas de ejecutados y desmembrados, propias de las vistas hasta hace poco sólo en el interior de país, en entidades consideradas como zonas de guerra contra el narcotráfico, se han multiplicado a lo largo de la ciudad, principalmente en delegaciones, próximamente alcaldías, localizadas al sur y oriente.
Iztapalapa, Tláhuac, Xochimilco, Coyoacán y Tlalpan son las zonas en disputa, aunque en recientes fechas se han sumado Cuauhtémoc y Benito Juárez. Esta última delegación ha sido escenario de ajusticiamientos y balaceras, lo cual es significativo pues es una delegación que se caracteriza por ser residencial de clase media y en ella abundan los centros escolares privados y públicos.
Como si fuera la ciudad de la furia, en un día se cometen 248 delitos, de los cuales 96 son robos con violencia, 44 atracos a negocios, 40 asaltos a transeúntes, 12 están relacionados con narcomenudeo y cuatro homicidios dolosos; entre otros.
Los datos recientemente dados a conocer por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública correspondientes al segundo semestre de 2018, los delitos que han tenido un fuerte re apunte son los robos con violencia, el narco menudeo y los robos y asaltos a casa habitación.
Pero eso no es todo, otro reporte especifica que los asaltos a comensales de comercios se han extendido en la Capital del país, sin que las autoridades puedan contenerlos, según revela una mota publicada por el diario Reforma el domingo pasado.
“En los últimos meses, los clientes de restaurantes ubicados en las delegaciones Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Coyoacán, Tlalpan e Iztacalco han sido víctimas de la delincuencia. En todos los casos, un grupo de sujetos armados se introduce al negocio y en segundos despoja a los clientes de celulares y carteras, mientras que a los empleados les roba el dinero de la cuenta del día
“Los negocios más susceptibles, según las carpetas de investigación iniciadas, son los que tienen mesas sobre las banquetas, pues facilitan el ataque y el escape de los delincuentes. La mayoría de esos asaltos no son denunciados.
“Fiscales de Tlalpan y Coyoacán afirmaron que cuando se llega a presentar una denuncia, la delimitan al robo de celular. Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2017 del Inegi, el17.1 por ciento de los consultados dice que dejó de salir a restaurantes por miedo a ser asaltado”.
Y ciertamente, los capitalinos han cambiad muchos de sus hábitos y costumbres por temor a ser asaltados, lesionados y hasta asesinados. La ciudad se torna violenta e incidentes de tránsito o vecinales termina a balazos con muertos y heridos.
Y pese a los cambios de mandos policiacos registrados recientemente el interior de la Secretaria de Seguridad Pública del Gobierno de la ciudad de México, los resultados no han sido satisfactorios o por lo menos de una reducción del índice delictivo. Los nuevos operativos y estrategias fallan y sólo quedan cuatro meses para entregar buenos resultados de los actuales gobernantes.
Parecería que los 80 mil policías que hay para resguardar a la ciudad capital del país son totalmente insuficientes, o ineficientes, para brindar seguridad y tranquilidad. Los malandros llevan la delantera y cada día se muestran más imaginativos para despojar casas habitación y negocios, asaltar en segundos y desaparecer de inmediato.
Por si fuera poco la aprehensión del llamado El Betito, jefe de Cartel la unión, y considerado uno de los hombres más peligrosos de la ciudad, y a quien se le atribuyen ejecuciones, desmembramientos y el alza en la violencia, no ha dado los resultados esperados, pues la criminalidad y sus prácticas sigue, como se demuestra en los secuestros y cobros de piso a empresarios del Centro Histórico y Cuauhtémoc.
Claudia Sheibaum y su equipo, sobre todo el de gabinete de seguridad, que integran la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría de Justicia de la ciudad de México, heredan de los perredistas una ciudad altamente insegura. Sus estrategias y planes para el combate al delito común y el crimen organizado deberán ser, además de novedosas, muy efectivas.
La hidra ha crecido junto con el temor de la ciudadanía.