El periodismo que falta a nuestra democracia
Entre el perro como un guardián de la propiedad privada al animal de compañía reconocido en sus sentimientos e incluso en una identidad con virtudes análogas a las de la familia hay un cambio significativo en la manera como interpretamos a los seres sintientes.
Se refleja también en la construcción de políticas públicas para el bienestar principalmente de quienes ahora nombramos peludos y michis.
De acuerdo con el INEGI, en el país hay más de 80 millones de animales de compañía en 25 millones hogares, y según la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies existen alrededor de 25 millones de perros y gatos abandonados.
Un dato preocupante más cuando se consideran las causas. Según el Índice de Mascotas sin Hogar, realizado por Mars Petcare, el extravío y el abandono por cambio de residencia son las razones más frecuentes para que vivan en las calles.
La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México (PAOT) estima que el 70 ciento de quienes reciben como regalo un animal de compañía lo abandonan en el primer año de vida.
Este año se han atendido más de 4 mil 500 casos, de los cuales 88 por ciento se relacionan con peludos y 8 por ciento con miches.
Los animales de compañía se han colocado en el centro de atención de la ciudadanía y en el esfuerzo institucional para garantizarles cuidados, con trabajo como el desarrollado desde la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana o la PAOT, instancias a las cuales el Consejo Ciudadano canaliza reportes.
Es necesario también generar herramientas legales, como la iniciativa del diputado Mauricio Cantú aprobada para adicionar el artículo 73 de la Constitución en materia de dignidad y bienestar animal o la propuesta de reforma, pendiente de dictaminar, a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para prohibir el acceso a eventos con contenido violento que fomente el maltrato y muerte de animales.
Herramientas legales para nuevas formas de identificarnos con los animales de compañía.