En las nubes/Carlos Ravelo Galindo

De un ranchero

El buen humor ayuda a romper las barreras de nuestra mente y ejercitarla. La creatividad y el humor son cosas idénticas ya que   ambos involucran la acción de asociar dos cosas que no tienen ninguna conexión y crear una relación entre ellas.

Vaya, mejora el proceso creativo.  Un ejemplo:

El banquero Demetrio vio a su viejo amigo Laureano, un ranchero de 80 años, en la ciudad, que  había perdido a su esposa un año antes y se rumoreaba que se iba a casar con una novia de ‘pedido por correo’.

Como buen amigo, el banquero le preguntó a Laureano  si el rumor era cierto.  Le aseguró que sí.

El banquero luego  preguntó  la edad de su novia.

Le dijo con orgullo: ‘Ella cumplirá 21 años en noviembre’.

Demetrio, el hombre sabio que era, podía ver que el apetito sexual de una mujer joven no podía ser satisfecho por un hombre de 80 años.

Con el deseo que los años restantes de su viejo amigo fuesen felices, el banquero sugirió con tacto que Laureano considerara contratar a un empleado para que lo ayudara en el rancho.

Sabía que la naturaleza seguiría su propio camino.

El contrayente pensó que era una buena idea y dijo que buscaría a alguien esa misma tarde.

Unos cuatro meses después, el banquero se encontró con  el ranchero en la ciudad de nuevo…

«¿Cómo está la nueva esposa?», Preguntó el banquero.

Respondió con orgullo: ‘Bien, está embarazada’.

El banquero, feliz de que su sabio consejo hubiera funcionado, continuó: «¿Y cómo está el empleado que contrataste?»

Respondió:

Ella también está embarazada.

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